El superviviente del tiroteo de Alicante asegura que se salvó porque el asesino se quedó sin munición
Emilio León, de 19 años de edad, es el único superviviente de un grupo de cuatro jóvenes que fue tiroteado por un desconocido el pasado sábado, por la noche, en Alicante. Según manifestó ayer, cree que se salvó de morir porque su agresor se quedó sin munición en la pistola del calibre 7,65 con que disparó a sus tres acompañantes, que fueron enterrados ayer. El comisario jefe de policía de Alicante, Juan Miguel Sánchez Crespo, dijo que no hay indicios de que los agresores sean ultraderechistas y que se siguen algunas pistas, aunque por el momento no hay noticias que ofrecer.
"No queremos fotos porque tenemos miedo de las posibles represalias", decía ayer el padre de Emilio León. El joven trabaja con él en una imprenta. Aunque en los primeros momentos sufrió un estado de fuerte excitación nerviosa, que obligó a que se le suministrasen calmantes, ayer se encontraba tranquilo y no puso inconveniente en narrar los hechos en su domicilio, una modesta vivienda de la barriada Virgen del Remedio de la capital alicantina.Señala que serían algo más de las ocho de la tarde del sábado cuando salía él con sus tres amigos del bar La Mejillonera, en la calle de Rafael Terol. Iban gastando bromas entre ellos y riéndose. Ya en la calle de Valdés, a la altura del cruce con la calle del Cid, "llegaron ocho o nueve chavales de una edad entre diecisiete y veinte años". Algún miembro de este grupo se dirigió a los dos chicos que caminaban detrás, concretamente Andrés Peinado, de 21 años, y José María Medina, de la misma edad, y les dijo: "Pero, vosotros, ¿de qué os reís?"
Emilio León, que caminaba delante con Antonio Francisco Maza, de su misma edad, se volvió y ambos pudieron observar que sus dos amigos se peleaban a golpes con miembros del otro grupo. "Había cuatro o cinco alrededor de ellos", precisa.
"Al pronto, nos quedamos muy parados", dice el superviviente; "fue entonces cuando uno de ellos dijo, refiriéndose a uno de sus compañeros: 'O lo soltáis u os pego cuatro tiros'. En ese momento, Antonio Francisco Maza se acercó y el que llevaba una pistola en la mano le disparó en el corazón y mi amigo cayó al suelo. Cuando lo vi en esa situación, intenté levantarlo y me dijo: 'Emilio, me han matado'. El de la pistola le disparó entonces a Andrés Peinado un primer tiro, que le dio en un brazo; volvió a disparar y le acertó en el pecho".
Según Emilio León, a continuación José María Medina, que tenía cogido con las manos a uno de los miembros del otro grupo, lo soltó y se volvió. "El de la pistola disparó a bocajarro. Yo me quedé completamente parado. Parece que intentó dispararme y pude ver como montaba con la mano la pistola. Creo que no le quedaban municiones porque no pudo disparar y salió corriendo".
Según la narración de Emilio, el resto de los componentes del grupo, excepto uno, que se quedó junto al agresor, salió huyendo al primer disparo. Describe al individuo de la pistola como joven, de cara ancha y pelo oscuro, con una cazadora de nailon verde y pantalón tejano. Su acompañante vestía camisa hawaiana en tonos verdes y pantalón de uniforme militar de faena. En cuanto a los símbolos que el agresor llevaba en la cazadora, Emilio León dice que eran de alguna marca de motocicletas y no de tipo fascista, hipótesis con la que se había especulado.
Según manifestó el comisario jefe de policía de Alicante, el calibre de la pistola, que actualmente no se fabrica y cuya munición es difícil de encontrar, no indica nada en especial, puesto que hay muchas de este tipo legalizadas. La que utiliza él mismo es del 7,65 y muchos policías, militares y guardias civiles tienen armas similares. Señaló que los casquillos se han enviado a Madrid para su estudio y que ninguno de los sospechosos llamados a declarar ha sido detenido.
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