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Los socialistas gallegos buscan un 'rostro' que oponer a Fernández Albor en las elecciones

La maxima preocupación de los socialistas gallegos y una de las principales que hoy tiene la ejecutiva federal del PSOE consiste en encontrar un rostro que oponer en las próximas elecciones autonómicas al del aliancista Gerardo Fernández Albor, actual presidente de la Xunta, a quien todos los sondeos aseguran la reelección. Enfrentados a graves problemas derivados de la acción del Gobierno central, los socialistas quieren asegurarse al menos "un resultado digno" en las elecciones autonómicas. Para ellos, el debilitamiento del tercer partido en liza, la centrista Coalición Galega (CG) resulta "bastante negativo".

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Un difícil reto

La ejecutiva federal del PSOE debatió el pasado viernes el nombre del que debe ser candidato socialista a la presidencia de la Xunta. El hombre que más pugna por obtener la designación, que probablemente se convertiría, tras las elecciones, en jefe de la oposición en el Parlamento autónomo, es el alcalde de Vigo, Manuel Soto uno de los hombres fuertes del ala sur del PSOE gallego. Soto es también uno de los más combatidos por los líderes socialistas coruñeses Francisco Vázquez y Ceferino Díaz, este último, de Santiago. Tampoco el secretario general, Antolín Sánchez Presedo, parece mostrarse muy entusiasta ante una posible designación de Soto.La inestable situación del partido, dividido en feudos locales, dificulta sobremanera la elección del candidato ideal para la presidencia de la Xurita. Se ha llegado a pensar en la posibilidad de forzar la designación de un independiente no militante del partido. Las dificultades ante las próximas elecciones crecen cuando los socialistas deben afrontar la mala imagen derivada de acciones, consideradas inevitables, del Gobierno central: reconversión naval, consecuencias de la adhesión a la CEE sobre la agricultura y la ganadería y perjuicios del acuerdo pesquero con Portugal.

Manifestación de lecheros

La adhesión española a la Comunidad Económica Europea supondrá un duro golpe para los productores de leche. El sábado, 6.000 ganaderos protagonizaban una ruidosa manifestación en pleno centro de Santiago de Compostela, contando con la tácita aquiescencia de los gobernantes autonómicos de Alianza Popular (AP). De hecho, las consecuencias de la entrada en la CEE y la negociación comunitaria llevada a cabo por el Gobierno central, "con olvido de los productores lecheros", será uno de los principales temas que el presidente de la Xunta, Fernández Albor, llevará a la campaña para su reelección, según confirmó a EL PAÍS un alto funcionario del palacio presidencial de Raxoi.Albor intentará capitalizar electoralmente la próxima aprobación de la Zona de Urgente Reindustrialización gallega, que podría recibir luz verde en el próximo Consejo de Ministros.

Los análisis de los socialistas gallegos muestran que su partido se verá perjudicado ante una posible quiebra del tercer partido en liza, la Coalición Galega (CG), de la que acaba de desertar Víctor Moro. El sector mayoritario de la ejecutiva de CG acusa a Moro de haber tratado de pactar con los democristianos del Partido Demócrata Popular (PDP) local para formar, tras las elecciones, una fuerza centrista entre ambos.

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Sea ello o no cierto, la realidad es que ahora el gran beneficiario de la crisis interna que la salida de Moro ha producido en Coalición Galega no es otro que AP. Por un lado, los aliancistas se beneficiarán directamente de una potencia¡ merma de votos en CG. Por otro, han visto concluir lo que algunos consideraban una maniobra del PDP, que amenazaba con "aproximaciones" a CG para exigir a AP mayores cuotas de poder en la negociación del pacto de Coalición Popular.

Por el contrario, los socialistas ven disminuir la influencia de una formación colchón que, como CG, parecía destinada a restar fundamentalmente votos a la Coalición Popular, y no al PSOE. No sin temor, admitido por más de una fuente socialista, se contempla por primera vez como "real, aunque no cercana", la posibilidad de que la oposición conservadora alcance una mayoría absoluta (36 escaños), algo que los sondeos -que, en el mejor de los casos, conceden 32-33 escaños a los conservadores, frente a 22-24 para el PSOE -negaban hasta ahora.

El cabeza de candidatura aliancista, Gerardo Fernández Albor, parece contemplar con absoluta indiferencia toda esta movida partidaria, que sólo espera que el presidente de la Xunta fije la fecha de las elecciones para "noviembre o diciembre".

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