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Reportaje:

De los polos de Francoa las ZUR de Solchaga

Hacía frío en Segovia aquel mes de febrero de 1983. El Gobierno de Felipe González estaba todavía restregando la espalda en el respaldo de los sillones ministeriales recién estrenados, cuando el nuevo equipo de Industria decidió desplazarse a Segovia para poner en práctica un brain storming en toda la regla. Se trataba de analizar la estrategia del ministerio ante la dura tarea reconversora que se avecinaba. En el marco relajado del parador segoviano tuvo lugar el feliz alumbramiento de las zonas de urgente reindustrialización (ZUR).

Desde entonces, Fernando Maravall, secretario general técnico del Ministerio de Industria y uno de los padres putativos de la idea de las ZUR, ha tenido trabajo extra en sacudirse del despacho, con buenas palabras y mejores maneras, la serie de delegaciones que, al grito de "todos queremos ZUR", le han visitado, ofendidas porque su pueblo no estaba o no iba a estar acogido a los beneficios de las ZUR.

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Para Maravall era dificil explicar que las ZUR tienen muy poco que ver con los polos, los planes, las grandes áreas de expansión y demás parafernalia de ayudas estatales, resumen de buenos deseos más que otra cosa, afectadas por la indolencia e improvisación españolas, como si dar dinero fuera suficiente para asistir al milagro del nacimiento de las fábricas por generación espontánea.

Solución a corto plazo

Las ZUR se han planteado como solución para resolver un problema traumático, con un horizonte de corto plazo. Los planes de reconversión han afectado a municipios muy dependientes de una gran empresa -Sagunto y los Altos Hornos del Mediterráneo es un caso típico-, de forma que el nivel de vida y de actividad del municipio se ha visto fuertemente afectado por el cierre de la industria en cuestión.El esquema debe entenderse dentro de la política de reconversión, política muy selectiva sobre determinados sectores, que plantea fuertes problemas de paro asociado, por ser industrias asentadas en municipios sin ningún tejido industrial adicional, salvo el caso del País Vasco, Madrid y Cataluña.

Las distintas fuentes de ayuda a la empresa actualmente existentes en España pueden proceder del Banco de Crédito Industrial (BCI), del Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), del MOPU, defInstituto de la Pequeña y Mediana Empresa (IMPI), de las Sodis y de las comunidades autónomas.

"Aquí se va a dar dinero, pero no más que en las grandes áreas de expansión industrial, aunque vamos a coordinarlo rnejor". Esa coordinación va a estar centrada en dos organismos, que llevarán el pulso de la ZUR: La oficina ejecutiva (OE), por un lado, y la comisión gestora, por otro. La primera será una unidad orgánica existente en cada localidad y estará íntegrada por profesionales de la empresa, con un director nombrado por el Ministerio de Industria. La OE tendrá una doble misión: perseguir y captar proyectos e ideas industriales a nivel local y regional y, en unión del empresario interesado, analizar el plan financiero y de viabilidad del proyecto en cuestión, viendo posibilidades de exportación, acceso a mercados, aportación tecnológica, etcétera.

La oficina ejecutiva centraliza la información de las ayudas disponibles y traza incluso el plan financiero del proyecto con el empresario. Si ese proyecto es viable, el Estado arrimará el hombro en forma de una subvención a fondo perdido y de créditos reembolsables. En concreto, las ayudas tope que un empresario puede recibir en una ZUR son las siguientes:

-Subvención a fondo perdido de hasta el 30% de la inversión, con la novedad de que esa subvención cubre no sólo los activos fijos, sino aspectos como gastos de establecimiento, capital circulante, investigación y desarrollo, etcétera.

- Acceso preferente al crédito oficial, actualmente en torno al 13,5% de interés, que puede llegar a alcanzar hasta el 70% de la partida restante, aunque suele quedar en el 50%.

- Subvención adicional procedente de los fondos de promoción de empleo: la empresa que recoloca a un trabajador acogido a los FPE recibe una ayuda de 1,5 millones de pesetas por trabajador.

- Ayudas del Fondo de Desarrollo Tecnológico (CDTI), bastante normales en este esquema de las ZUR, puesto que normalmente se tratará de proyectos intensivos en capital y tecnología.

Cabría todavía la posibilidad de otra serie de ayudas, como las de las Sodis, si alguna de ellas decidiera participar en el capital social de un proyecto.

Es condición sine qua non que la empresa aporte como fondos propios el 30% del coste financiero del proyecto, lo que, en opinión de Industria, descarta de entrada a los merodeadores y buscadores de chollos a costa de los fondos públicos. Si el empresario debe poner de su bolsillo el 30% del proyecto, quiere ello decir que el Estado puede aportar hasta el 70% restante. "No se trata de añadir ayudas financieras nuevas a las ya existentes, sino de que se den de forma coordinada y que la oficina e jecutiva de la ZUR decida su concesión de forma conjunta con el empresario y a la vista de un plan financiero rigurosamente estudiado.

Dos bloques

En cuanto al segundo órgano de Gobierno de la ZUR, la comisión gestora (CG) estará formada al 50% por la Administración central y la comunidad autónoma, y actuará como segundo filtro de los proyectos, dando el visto bueno final. Ésta no será una comisión de notables al uso, sino un organismo de trabajo formado por personal técnico, que deberá también analizar los proyectos y abordará una labor de promoción de la ZUR a nivel nacional, canalizando inversiones extranjeras, intentando atraer grandes proyectos, etcétera.De las ZUR asignadas por el Gobierno se pueden hacer claramente dos bloques: las de Galicia, Cádiz y Asturias, donde la actividad y el empleo estaban muy polarizados en ciertos núcleos de población, que absorbía la mayor arte del empleo, por un lado, y las de Madrid o Barcelona, con un tejido industrial importante, pero muy castigado por la crisis. El Ejecutivo espera tener especiales problenias en las ZUR de Asturias y El Ferrol, zonas en las que ha sido habitual su dependencia de la empresa pública.

¿Cómo funciona la integración de los trabajadores adscritos a los fondos de promoción de empleo (FPE) en las nuevas empresas creadas al amparo de una ZUR? Todo nuevo proyecto hará saber a la oficina ejecutiva de la ZUR sus necesidades laborales; este organisnio las transmitirá al FPE, quien casará la demanda con el stock de personal existente en el fondo. Los reajustes necesarios, en forma de cursos de reciclaje, etcétera, se harán conjuntamente entre la OE y el FPE, con la colaboración del Inem.

Las inversiones globales a efectuar durante un período de 3/4 años, se estiman en 260.000 millones de pesetas, para recolocar en tomo a 34.000 trabajadores (9.000 en el País Vasco, 8.000 en Madrid, 6.000 en Cataluña, etcétera), es decir, casi ocho millones por trabajador. Esta inversión se subdivide en una subvención de 15.000 millones al año con cargo a los fondos de la ZUR; créditos del Instituto de Crédito Oficial de en.tre el 40% y el 45% de los proyectos de inversión; una subvención en torno a los 5.000 millones de pesetas al año procedente de los FPE, más otra serie de subvenciones marginales. Está claro, pues, que la ZUR no es un invento para crear empleo masivo. Se trata de crear ese tejido industrial y sentar las bases de una recuperación a largo plazo en las zonas afectadas. La ZUR es un choque traumático a corto plazo. Éstas son las ZUR, un proyecto bienintencionado destinado a construir un tejido industrial con futuro, en zonas que no tenían ninguno y muy afectadas por la reconversión.

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