La ufología, ¿ciencia, negocio o religión?
Este fin de semana se celebra en Madrid el congreso Encuentros con los Extraterrestres
El tema de los ovni tiene algo de Guadiana, aparece y cae en el olvido con una cierta periricidad. últimamente parece haber entrado en fase de letargo, casi seis años después de lo que los ufólogos llaman el incidente de Manises, refiriéndose a lo que sucedió la madrugada del 12 de noviembre de 1979, cuando el piloto de un avión Super-Caravelle de la compañía TAE, en vuelo entre Palma de Mallorca y Las Palmas, se vio obligado a efectuar a un aterrizaje de emergencia en Valencia a causa de la presencia, a menos de 200 metros del avión, de un objeto volador no identificado que ponía en peligro el vuelo, según su comandante.El incidente de Manises, al final de la década pasada, marcó el punto álgido de una época pródiga en este tipo de avistamientos. Los especialistas en el tema hablan de oleadas. Haciendo marcha atrás, los años claves parecen haber sido 1950, 1965, 1968, 1974 y 1979. En este período, tan sólo en España se han contabilizado más de 2.000 apariciones. Parecía que nuestro país iba a ser invadido o estaba de moda entre los venusianos. "Matrimonio perseguido por una pera volante que echaba chispas", decía un titular de aquellos días.
Silencio oficial
Sin embargo, todos estos datos, a veces abrumadores, nunca han sido refrendados por un organismo oficial. En todo el mundo, las fuerzas aéreas consideran el tema como material de alto secreto. Los ufólogos se refieren a menudo a encuentros de pilotos militares con ovni, para que las propias fuerzas aéreas desmientan inmediatamente el hecho. Algo debe haber de cierto. Pilotos de caza del Ejército del Aire en activo, contactados en privado por este periódico, han admitido que se trata de un hecho bastante común y fuente de sustos variados, pero inmediatamente han exigido que no se les cite. "En cualquier caso", aseguran, "se trata de un secreto militar".
En Estados Unidos llegó incluso a crearse la Asociación de Ciudadadanos Contra el Secreto en el Tema de los Ovni, que en 1979 planteó un recurso ante el Tribunal Supremo para que se obligara a la Administración a hacer públicas todas las informaciones sobre este tema que permanecían secretas en sus archivos. Pero el Tribunal Supremo dictó sentencia en 1982 autorizando al Gobierno a mantener el secreto invocando la ley sobre seguridad nacional.
La ufología, pues así se llama la ciencia que estudia los misteriosos objetos no identificados que surcan nuestros cielos, ha pasado en los últimos años de ser un fenómeno curioso, fuente de anécdotas y materia prima para jocosidades, a convertirse en un jugoso negocio, que ha generado sus propios profesionales, capaces de mover grandes sumas de dinero en contratos editoriales y a través de circuitos de conferencias y congresos.
Salvadas las distancias, la similitud entre los creyentes en el tema
La ufología, ¿ciencia, negocio o religión?
y los adictos a determinadas sectas religiosas parece apuntar hacia una causa común en estos fenómenos: la búsqueda de una respuesta a un universo cambiante, a unos valores en descomposición, que tiene que venir de fuera, sea de la revelación de un guru o dé un habitante del planeta Ummo. Esta necesidad religiosa puede explicar los resultados de la prueba de la hipnosis, que si para algunos sería concluyente, para los especialistas tendría otra lectura, pues, como indica el psicólogo Jordan Peña, encargado de sumir en trance a los abducidos, "el subconsciente es un gran dramaturgo".En cualquier caso, tanto el guru como el descifrador de los mensajes extraterrestres tienen claro que se trata de un buen negocio. Como en todos los negocios, surge la competencia. Los organizadores del congreso madrileño, a pesar de contar con nombres de la vieja guardia de la ufología, como Antonio Ribera, Jiménez del Oso y Juan José Benítez, y haber nombrado presidente del comité de honor al alcalde de Madrid, el profesor Tierno Galván, que no se presentó a la prevista ceremonia de apertura, se encontró con una fuerte contestación por parte de otro grupo de ufólogos, los que se llaman a sí mismos de la segunda generación.
'Hipótesis extraterrestre'
Según informa Carlos Funcia, este grupo gira en torno a la revista Cuadernos de Ufología, editada en Sevilla, y se considera marginado por los organizadores del congreso. De acuerdo con José Ruesga, editor de la mencionada revista y creador en 1969 de la Red Nacional de Corresponsales (RNC), asociación formada por una cincuentena de aficionados al fenómeno ovni diseminados por toda España, su grupo disiente de los organizadores del congreso de Madrid en la llamada hipótesis extraterrestre, según la cual se da por supuesto que los ingenios conocidos como ovni proceden de planetas ajenos y desconocidos y son pilotados por humanoides.
"Nosotros", señala Ruesga, "aceptamos su existencia, pero pensamos que requieren un estudio más en profundidad, de carácter científico".
El recuerdo de Próspera Muñoz
Se llama Próspera Muñoz, tiene 46 años y nació en Jumilla, aunque vive desde hace años en Gerona. Es una de las tres personas que serán hoy hipnotizadas en el congreso para que cuenten sus experiencias. Trabaja en la Compañía Telefónica, y pasea, la imagen de una perfecta madre de familia, de la que nadie se atrevería a imaginar que algo fuera de lo común perturbara su vida. Sin embargo, Próspera, bajo sus gafas y su plácida figura, tiene una historia muy especial que contar. "El caso es que yo soy una persona seria y formal", advierte de entrada, "y la gente que me conoce de toda la vida sabe que no voy por ahí contando tonterías".Pero tanto quienes la conocen como ella misma no tenían ninguna razón para sospechar nada hasta hace tan sólo cinco años, o tal vez menos. Todo empezó, según cuenta Próspera, cuando releía un libro sobre ovni. "Estaba ojeándolo cuando algo me llamó la atención. Fue como si aquello que se contaba en el libro yo lo hubiera visto antes, tal vez en una película o por televisión". Lo primero que se le aparecía en la mente era la luz, "una luz muy blanca y muy fuerte", pero no conseguía relacionarlo con nada.
Lo que Próspera ha ido recordando a pequeños trocitos a lo largo de los últimos cinco años es, nada menos, que cuando tenía seis o siete años, mientras pasaba unos días en una casa de campo cerca de Jumilla, fue raptada -abducida es la palabra que usan los ufólogos- por los tripulantes de una nave extraterrestre y que, una vez a bordo, fue sometida a un examen médico completo y devuelta de nuevo a su casa. En el mismo viaje, los visitantes aprovecharon para llevarse también un par de olivos, con raíces y todo. El hecho de que durante casi 30 años no recordara nada lo explica Próspera como un mandato de los extraterrestres, que "me dijeron todo lo que me iba a pasar durante mi vida y añadieron que yo no me iba a acordar de esto hasta dentro de 30 años, porque pensaron que tendría primero que superar la educación que iba a recibir".
"Yo tenía entre siete y ocho años y estaba con mi hermana en una pequeña finca que teníamos a las afueras de Jumilla. Era casi mediodía, y por la ventana que daba al camino vi venir un cacharro que creí un automóvil. El camino hacía una curva antes de desembocar en la puerta de casa, pero aquel aparato plateado siguió recto por encima de la viña
hasta llegar ante nosotras. Cuando nos dimos cuenta, ellos estaban ya frente a la puerta pidiendo un vaso de agua. Mi hermana se lo dio, y entonces ellos se pusieron a hacer preguntas".
Pero esto no fue todo. Ellos, asegura Próspera, volvieron
El recuerdo de Próspera Muñoz
aquella tarde y concertaron una cita con ella para dos días después. "Llegaron por la noche. Mi hermana y mi tío dormían, y yo vi una luz muy fuerte en el exterior. Salí, y allí me estaban esperando Cuando me vieron me hicieron volver de nuevo a ponerme un calzado y nos fuimos hacia un descampado. Me llevó en brazos uno de ellos, que era mucho más grande que los otros, que me dijeron que era un muñeco".El examen médico al que asegura que la sometieron no difiere en mucho del que se practica en la actualidad, con la excepción de qué ya en 1959 ellos disponían de un aparato tan reciente como el escáner. "Me tendieron en una mesita y me hicieron un examen físico completo, por todas partes, por dentro y por fuera. Me di cuenta de cómo manejaban las tijeras, de una forma muy rara, y era porque todos tenían cuatro dedos; bueno, no todos, una mujer tenía cinco, y me dijeron que era porque la madre de esta mujer era terrestre.
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