Encerradas hasta que vuelvan sus maridos
Las mujeres de los policías de la disuelta III Compañía General de la Reserva de León, 80 de los cuales han sido fulminantemente trasladados a diversos acuartelamientos de Cataluña, insisten en agradecer 1o de las colchonetas".Alguien ha hecho llegar hasta este salón de actos de la sede de UGT, donde han permenecido encerradas desde el pasado martes, unas colchonetas que permitían "pasar las noches algo mejor, porque las butacas son muy incómodas". Eran 80 mujeres y unos cuantos niños los que permanecían en este encierro, "que se va a mantener", dicen con firmeza, "hasta que nuestros maridos vuelvan con sus familias".
Por los pasillos corretean algunos críos que aún no van al colegio; los que están en edad escolar asisten a las clases y después vienen a ver a sus madres durante algunas horas. Muchos duermen aquí. En las paredes, murales hechos en muchos casos por los chicos, "porque en algo tienen que pasar el tiempo": "80 deportaciones, 80 familias rotas, ¿qué más nos pueden hacer?"." Barrionuevo: devuélvenos a nuestros maridos".
La inmensa mayoría son mujeres jóvenes', rondando la treintena. La mayor parte permanece sentada en las butacas hablando en pequeños grupos. "El denominador común de nuestras conversaciones", dice una de ellas, "es la situación en que nos encontrarnos". Cuando se habla del traslado, se acaloran: "es una injusticla", "nos hacen víctimas ejemplarizantes para amedrentar al movimiento policial"... Tras los primeros y apasionados desahogos, puntualizan: "Sencillamente es absurdo; les dieron 24 horas para incorporarse a los nuevos destinos. Pero cuando terminó el encierro de la compañía, en marzo, el gobernador dijo que habían tenido un comportamiento ejemplar y que la disciplina y el servicio no se habían alterado"Telegramas y floresEn un tablón de anuncios se exponen los telegramas de solidaridad. La mayor parte son del SUP o de mujeres de policías de otras provincias. Se recibe con aplausos uno procedente de trabajadores de la UGT de Lanzarote. "Nos enorgullece que se nos haya comunicado por parte de UGT, CC OO, y el ayuntamiento de San Andres del Rabanedo, que van a realizar una manifestación de solidaridad con nosotras y con las aspiraciones de nuestros maridos. "Además está la gente de la calle: nos traen pastas, comida. Hasta un ramo de flores". La UGT provincial, en efecto, ha mostrado su "decidido apoyo a este colectivo de mujeres ante la inhumana situación de indefensión y ruptura de la unidad familiar", y ha considerado un "grave error la forma de equivocada disciplina que se pretende imponer desde el Ministerio del Interior".
Ser mujer de policía supone, dicen, "sacrificio y dureza: es un trabajo como otro cualquiera, pero más sacrificado"; "los policías son ciudadanos de segunda, pese a la Constitución, porque tienen encima el Código de Justicia Militar"; "lo que han pasado en el País Vasco sólo ellos lo saben".
Las horas transcurren lentas en el encierro. A un lado del salón hay un televisor, y varias manejan transistores por donde siguen las noticias que las emisoras ofrecen sobre su encierro y la marcha de los acontecimientos.
"En estos días he debido de perder lo menos tres kilos", comenta una de ellas. "Adelgazar unos kilos no viene mal". Insisten en lo que supone el traslado: problemas familiares, económicos, de escolaridad para los niños, de ambiente. Algunas trabajan, y si la situación no se arregla deberán optar entre abandonar su empleo o separar la familia.
Y sobre todo, el piso. Alguien revuelve entre papeles y ofrece datos: un centenar de los 165 policías de la compañía tiene piso propio, pero 70 están todavía pagando la hipoteca. Otros, añaden, han entrado a formar parte de cooperativas de construcción. La mayor parte de los 45 que viven "de renta" se benefician de alquileres contratados hace años.
La media de edad de los componentes de la compañía está en 34 años. Están casados 128 y hay 90 niños en edad escolar. Del ministro Barrionuevo no quieren hablar: "que se resuelva esto"; "ha cometido una injusticia; sólo digo eso". Pero en seguida: "Ponga que nuestros hijos no entienden por qué los separan de sus padres. Póngalo".
Y también: "Diga que no nos iremos de aquí hasta que los traigan. Que se enteren". En la madrugada del sábado y después de que miembros de la ejecutiva nacional del Sindicato Unificado de Policía (SUP), entre ellos el secretario general, informaran sobre la marcha de las conversaciones con el ministerio, las mujeres de los policías de la Compañía de la Reserva de León, decidían nombrar un comité de huelga formado por 50 personas -según Marí Flor, portavoz del comité- que continuará encerrado de forma permanente, mientras que el resto suspende momentáneamente su actitud.
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