_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Se busca

La ascensión de Jordi Pujol a la categoría de español del año ha boquiabierto al personal catalán casi tanto como al personal general del Estado. Además, Pujol se ha ofrecido para jefe de Gobierno si la ocasión lo requiere, y todo lo que queda a la derecha del PSOE se ha apresurado a reconocer que Pujol es un excelente punto de referencia aliado, pero que el líder indiscutible de la mayoría natural sigue siendo Blancanieves, perdón, Manuel Fraga.Una peripecia política tan sorprendente sólo puede explicarse a la luz de las estadísticas secretas que están barajando los cuarteles electorales. Al PSOE le ocurre lo mismo que al Real Madrid en los años setenta: no es que gane la Liga, es que los demás la pierden. La nueva confederación española de derechas necesita avales de posmodernidad que Jordi Pujol puede aportar. Ahí es nada: un nacionalista catalán, el más nacionalista de los nacionalistas catalanes y antifranquista probado, apadrinando una real alternativa de poder a la horda roja encabezada por los González, Boyer, Solchaga, Rodríguez de la Borbolla y demás bolcheviques. Jefe de Gobierno, no, eso no, porque, ya se sabe, los catalanes son muy suyos e igual aprovechan tan alto cargo para acentuar las diferencias interterritoriales; pero dar un toque de seriedad y compromiso nacional a la cosa, eso sí, porque, a pesar de todos sus defectos, los catalanes son serios, en Barcelona se conduce mejor, Cataluña es Europa y, si se les respetan sus manías, el pan con tomate y todo eso, los catalanes juegan a hacer Estado.

Jordi Pujol, pues, de padrino de provincias, pero sigue el problema de forma y fondo del líder, de ese Gil Robles necesario para que en España el poder vuelva a la mayoría metafísica. ¿Y fichar a un oriundo? Ante la escasez de líderes y los límites connaturales de Pujol, no sería mala idea repasar la lista de líderes universales de origen español y fichar al más adecuado. Hace algunos años se dijo que Jacques Chirac era de origen español, aunque oculto, por inconfesable o no confesado. La Thatcher teñida de negro azabache no estaría mal, aunque Margarita Tatché suena a catalán y no le veo otro remiendo al apellido. Pero quizá don Manuel valga, con Pujol del brazo derecho, Wojtyla del izquierdo y Reagan por la galaxia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_