Las minorías nacionales

Recientemente publicó su periódico un artículo titulado La bulgarización de la minoría turca. Sería interesante asimismo que publicaran otro que igualmente podría titularse La turquización de las minorías kurda y armenia.

Estoy del lado de cualquier minoría a quien, con métodos más o menos violentos, se intenta suprimir o asimilar. Pero bien haría el Gobierno turco en mirarse la viga de su cojo antes de fijarse en la brizna de paja en el ajeno; en el búlgaro, en este caso.

Efectivamente, los turcos, después de haber cometido uno de los mayores genocidios de la historia -el del pueblo armenio, con una lengua, cultura, historia y religión distintas del turco-, siguen ocupando los territorios que durante siglos fueron asentamiento de la nacionalidad armenia en su mitad occidental. La oriental sigue teniendo por lo menos su personalidad política y cultural autónoma en lo que se llama la República Socialista Soviética de Armenía, con capitalidad en Erivan. No bastando por lo visto aquel genocidio, han seguido los traslados forzosos de población para concluir con la turquización cultural y religiosa en todo lo que va desde el cabo de Yeros hasta la frontera soviética en el mar Caspio, en un gran triángulo que abarca hasta la frontera con Irán.

En cuanto al pueblo kurdo, éste sólo comparte con el turco la religión, pues su lengua es indoeuropea. Iba a ser independiente como el armenío, según el tratado de Sévres, y a tal efecto se decidieron incluso unas fronteras, que se fijaron en el bíblico río Eufrates. Y el Gobierno turco está haciendo una política asimilacionista de la nacionalidad kurda de tal grado de brutalidad, prohibiendo incluso la utilización de su lengua kurda y cualquier otra manifestación cultural, que se puede calificar de un nuevo genocidio.

En conclusión, que para darle legitimidad al Gobierno turco para hacer cualquier reclamación a Bulgaria sobre la bulgarización de la minoría turca habría que exigirle previamente la devolución del hogar patrio al pueblo armenio y que se abstuviera de cualquier política asimilacionista sobre el pueblo kurdo al este del Eufrates, dándole de inmediato una autonomía, sin mengua de su posterior derecho a la autodeterminación.

Celebraríamos que EL PAÍS publicase sendos informes sobre la turquización de los pueblos armenio y kurdo.-