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MODA

Los hombres cambian de traje

El salón de Colonia apuesta por las corbatas anchas y los tejidos innovadores

Dentro del recinto ferial de Colonia, con unos 70.000 metros cuadrados a su disposición, se han celebrado en pabellones separados, dos certámenes de moda en torno al hombre: el 47º Salón Internacional de Moda Masculina e Inter-Jean deans sportswear y moda joven).Más de 33.000 visitantes profesionales (8.700 extranjeros y 24.750 de la República Federal de Alemania), procedentes de 56 países tenían la posibilidad de elegir entre los 882 expositores (298 extranjeros y resto de Alemania Occidental) de 33 países. España fue representada por 12 firmas, entre las que se incluían Torras, Sáez-Merino, Abandera do y el diseñador Adolfo Domín guez, mientras Italia presentó 48.

El mercado alemán hoy día e uno de los más interesantes, ya que en 1984 registró un volumen de mercado de 11.500 millones de marcos. Según datos recientes, se venden unos 130 millones de camisas de hombre al año, o sea, casi el doble de la media de los países del Mercado Común. Se puede calcular que el alemán compra cinco nuevas camisas al año.

Los trajes para hombre joven se definen por chaquetas amplias y cuadradas, con largo tradicional o corto, tipo spencer, que se llevan con pantalones anchos en cadera, pliegues profundos y estrechándose hacia el pie, terminando con vueltas en los bajos. Corbatas también anchas, que se llevan entre 8 y 10 centímetros, con dibujos figurativos o cachemiras.

Las chaquetas, cruzadas o de una sola fila de tres botones, llevan solapas más estrechas. Para americanas y pantalones la importancia se da a la combinación de tejidos contrastantes, o sea: chaqueta de espiga o pata de gallo con pantalón de cuadros (grandes o pequeños) o rayas, etcétera. Centro de interés fueron los abrigos de lana, largos y anchos, quizá debido al invierno tan severo de este año.

Llevan hombros acentuados, ranglan o cuadrados, destacando las líneas trench o ulster, además del gabán de una sola fila de bo tones, reminiscente de los años treinta y cincuenta, con grandes bolsillos en parche y medios cinturones atrás. También destacó la sobrechaqueta, muy amplia, para llevar encima del traje, americana o jersei. En cuanto a jerseis de punto, la importancia reside en el volumen, pero también los hay ligeros de peso, con cuellos en V, cuellos chal, dobles cuellos o redondos, en lanas, tweed, bouclé o mouliné, con abundancia del dibujo cachemira.

El colorido se define por la denominación de paisajes de invierno, que se dividen en tres: los tonos naturales de las montañas -azules y grises-, los bosques -marrones y beis- y las praderas y campos: tonos otoñales y para sportswear los colores pastel del arco iris invernal.

Los desfiles street life o vida de la calle ofrecieron líneas de jeans y sportswear joven, con énfasis en colecciones intercambiables en tejidos como cordoncillo ancho, denim oscuro, tejidos de lana y estabilización de las líneas basic.

A dos diseñadores les brindaron la oportunidad de explicar y presentar algunas prendas de sus colecciones como invitados especiales ante la Prensa alemana e internacional: el italiano Maurizio Baldassari y el orensano Adolfo Domínguez.

Baldassari mostró una línea más clásica y tranquila que la del español, exhibiendo un total look para el hombre moderno, con énfasis en trajes exentos de detalles superfluos, basándose en dos temas: reinterpretación o rejuvenecimiento del gris claro, con toques de tonos intensos y los colores neutrales en verde, con rayas más intensas en granates o azulados, contrastando con rayas pastel en telas gruesas como shertland o tweed y siempre dotados de acesorios con toques de colores pastel.

Domínguez en Italia

Adolfo Domínguez, que acude por segunda vez a la feria de Colonia intentando abrirse camino en el mercado alemán, al que califica de muy competitivo pero muy interesante, exhibió sus prendas de corte holgado, fimcional y desestructurado para alcanzar mayor libertad; basó su colección en tres colores: azul marino oscuro, marrón y verde abismal (mezcla de limo, gris y negro), destacando texturas rústicas y dobles tejidos con mezclas de lana y algodón grueso, lana y cachemira, lana con pelo de reno y lana con seda, y siempre sin forrar, para americanas largas de mangas japonesas, abrigos monacales con capuchas o cuellos altos y caídos y pantalones amplísimos con pliegues. Expresó su preocupación por la búsqueda de la contemporaneidad diciendo que no cree en el revival y añadió que los diseñadores que más le han influido han sido Arman¡ (quien ya no interesa) y los japoneses Yoshü Yamamoto, Comme des Gargons e Issey Miyake.Aunque gustaron en general sus formas y materiales, hubo cierta incomprensión por parte de la Prensa por su elección de colorido tan oscuro. Domínguez se defendió diciendo que sería el consumidor quien tendría que elegir al final, y que todos tienen su derecho a opinar.

Era un Adolfo Domínguez más modesto y casi humilde ante la Prensa internacional, muy distinto al que ha aparecido recientemente en Televisión Española. Su respuesta a la pregunta de por qué aún no se había introducido en el mercado italiano (su primer cliente internacional es Francia y el segundo es el Reino Unido) fue: "Italia es líder indiscutible en moda de hombre, y no me introduciré en ese país hasta que yo esté seguro de ganar la batalla". Los oyentes le aplaudieron.

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