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Thomas A. Enders: "El proceso de construcción de las relaciones hispano-norteamericanas aun está por concluir"

"El proceso de construcción de las relaciones entre España y Estados Unidos, que empezó después de la guerra, aún no ha terminado y todavía queda mucho que hacer", afirmó ayer el embajador de Estados Unidos en Madrid, Thomas O. Enders, respondiendo a una pregunta sobre los recelos existentes en España por el apoyo dado por Washington al régimen de Franco. Por lo que respecta al deseo español de reducir la presencia militar de Estados Unidos, Enders manifestó su confianza en que "todas las cuestiones que afecten al acceso norteamericano a las bases" podrán solucionarse dentro de los acuerdos bilaterales, ya que éstos, según él, "funcionan bien".

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Thomas-O. Enders, embajador de Estados Unidos en España desde agosto de 1983, tiene fama de halcón en el Ministerio español de Asuntos Exteriores, y de paloma en el Departamento de Estado de su país. Antes de llegar a España era secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, y entonces se dijo que había cesado por blando. Su puesto más polémico -recordado ahora por la película Los gritos del silencio- lo ocupó en la capital de Camboya, Phnom Penh, cuando era el número dos de la embajada de su país y se produjeron los bombardeos secretos. Ayer, al mediodía, cuando Enders recibía a EL PAIS en su .despacho, fuertes contingentes de la Policía Nacional rodeaban la cancillería y la residencia del embajador estadounidense en Madrid, en previsión de los incidentes que podía provocar una manifestación pacifista. La primera pregunta era obligada:Pregunta. ¿Piensa usted que hay un sentimiento generalizado antinorteamericano en España?

Respuesta. En lo que respecta a las manifestaciones, esto es una de las características de la democracia: la posibilidad de demostrar la discrepancia. Esto es normal en todos los países de Occidente, y ocurre también en mi país. En lo que atañe al sentimiento de los españoles, ciertamente mi experiencia personal es de cortesía y apertura hacia los extranjeros. Está claro que hemos vivido, unos y otros, aislados en muchos aspectos de la vida durante casi dos siglos. Una de las tareas fundamentales de nuestras relaciones es precisamente multiplicar, hacer más densas las relaciones de todo tipo entre los dos países. Hay una evolución muy positiva en este sentido, intercambios económicos que crecen en este momento en una tasa muy fuerte... Hay también unos intercambios culturales, que también evolucionan fuertemente... Nuestros políticos comienzan a conocerse mejor... Existen todavía efectos del aislamiento, pero uno de los propósitos de una visita de Estado es precisamente el conocerse mejor, y el propósito del presidente Reagan viniendo aquí es precisamente su deseo de continuar este proceso, que no sólo nos parece positivo, sino necesario entre democracias.

El antiamericanismo

P. Existen sondeos que dan resultados muy llamativos, con un alto índice de antiamericanismo de la sociedad española.R. He visto sondeos de opinión que no traducen mi experiencia personal ni la coincidencia de valores entre españoles y norteamericanos: nosotros, demócratas de siempre; ustedes, demócratas nuevos, pero muy intensos y convencidos. Hay una verdadera cultura democrática en España, que es el fenómeno más impresionante de este país en este momento. Esta coincidencia se resalta en las relaciones, pero es un dató de fondo que posiblemente no entre bien en estos sondeos.

P. El presidente González apuntaba la semana pasada, en una entrevista con corresponsales norteamericanos, que una de las razones del recelo de algunos españoles con respecto a Estados Unidos podía venir del hecho de que mientras Estados Unidos liberó a parte de Europa del nazismo, en España consolidó el franquismo y lo legitimó internacionalmente a principios de los años cincuenta. ¿Cree usted que este recelo sigue vivo? ¿Se puede superar?

R. Creo, efectivamente, que el proceso de construcción de las relaciones entre ambos países, que empezó después de la guerra, aún no ha terminado y hay todavía mucho que hacer. Es verdad que toda la problemática de los años treinta ha sido distinta aquí. Para nosotros, la gran lección de los años treinta ha sido nuestro fracaso como democracias para contener el nazismo, y luego la necesidad de crear una alianza de todas las democracias, la reconstrucción de Europa, la necesidad de crear nuevos organismos... Es verdad que España vivió otras tragedias en los años treinta y otra dinámica después. Creo que ahora, efectivamente, España está tomando el sitio que le corresponde en Europa, en la Alianza, en el mundo atlántico, y esos efectos del aislanúento internacional se están superando.

P. En el caso hipotético de tener que elegir, ¿Estados Unidos se quedaría con la relación bilateral o con la relación multilateral con España dentro de la Alianza Atlántica?

R. Ambos se complementan y contribuyen a la seguridad de Europa, España y Estados Unidos.

P. Es probable que España, dentro de semanas o de meses, proponga una reducción de los efectivos estadounidenses en España. ¿Son necesarios todos los efectivos militares que Estados Unidos posee en España para la seguridad de España, Estados Unidos y la Alianza, o se puede efectuar una reducción sin que ésta sufra?

R. Pienso que esta cuestión va a ser planteada dentro del marco del acuerdo bilateral, y creo que este acuerdo funciona bien. Vamos a tener durante la visita del presidente Reagan una reunión del consejo bilateral, con la participación del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y del secretario de Estado, George Shultz. Creemos que el acuerdo funciona bien y confiamos que todas las cuestiones que afecten el acceso norteamericano a las bases podrá solucionarse dentro de él.

P. Pero, ¿es necesario el actual volumen de fuerzas estadounidenses en España para la seguridad de España, Estados Unidos y la Alianza? ¿Puede haber una reducción sustancial sin poner en peligro estos intereses?

R. Pero hay una cuestión anterior. Ahora tenemos un compromiso recíproco de defensa en el marco del tratado de Washington que no teníamos antes en el acuerdo del tratado bilateral. La cuestión es: cuáles son las amenazas a las que los dos países y sus aliados deben de enfrentarse. Este tipo de planteamiento aún no ha sido hecho, y sin hacerlo es difícil hablar de la cuestión de un ajuste.

P. Entre las cuestiones internacionales que previsiblemente tratarán González y Reagan, y Morán y Shultz, se encuentra el tema de Centroamérica y del embargo dictado recientemente contra Nicaragua. Este es un punto en el que existen sensibles diferencias.

R. En cierto modo, los presidentes González y Reagan van a continuar la discusión sobre Centroamérica que comenzaron en Washington. Fue una discusión a fondo, y se llegó a la conclusión de que tenemos los mismos objetivos: la democratización de toda Centroamérica y la necesidad de evitar que Centroamenca sea escenario de enfrentamiento Este-Oeste. Hay progresos sensibles en este sentido. Hay, obviamente, criterios distintos entre España y Estados Unidos sobre las medidas a tomar. Espero que se produzca una discusión nuevamente muy directa y enriquecedora. Hay una fluidez de comunicación sobre este tema... El embargo es una medida de presión para que cambie la política de rearme de Nicaragua. Hay una acumulación de armas soviéticas en Nicaragua. También se trata de lograr la democratización del país, como desea el Grupo de Contadora, y no creemos que se pueda alcanzar este resultado sin presiones.

"España cuenta"

P. Volviendo a las relaciones con España, ¿cuál es su experiencia personal en este país?R. Son pocos los extranjeros que conocen a fondo España. La experiencia de sumergirse en la vida española cambia a una persona. Para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora, que me ha dado otra visión del mundo. Voy adquiriendo unos elementos de sensibilidad hispánica que no es malo para un ciudadano de un país que tiene 20 millones de hispanohablantes.

P. ¿Cualitativamente, las relaciones hispano-norteamericanas han cambiado?

R. Sí, mucho. Tenga en cuenta que ahora España cuenta, y que, como sucederá con la visita de Reagan, nos interesa compartir puntos de vista sobre relaciones Este-Oeste, Centroamérica... Hemos entrado en un estado de normalidad, en el que estos contactos son frecuentes. El aislamiento recíproco va cediendo, y nosotros nos alegramos mucho de que sea así.

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