La división entre las cajas de ahorro se agrava con la creación de seis fondos interregionales de inversión

La división entre las cajas de ahorro se ha recrudecido en las últimas semanas. Derrotada el pasado día 16 la propuesta para ampliar las normas de expansión fuera de las regiones de origen mediante oficinas propias, las diferencias se han agravado por la puesta en marcha de seis fondos de inversión que agrupan a entidades de diversas regiones. Entre tanto, ha vuelto a reproducirse la polémica sobre la apertura de tiendas de dinero, y se perfila una nueva corriente para integrar todos estos locales (distintos a las sucursales), donde se venden pagarés, participaciones inversoras y servicios financieros.

Las diferencias entre las cajas, surgidas hace un año a propósito de dichas tiendas, se han polarizado también en otros dos asuntos: la ampliación de las normas para salir de las regiones de origen con sucursales propias, y el impulso de fondos de inversión creados por cajas de distintas comunidades autónomas. Junto a los tres problemas, el debate parlamentario de la reforma de los órganos rectores de las cajas -unas serán públicas y otras privadas-, se desarrolla sin que las autoridades coincidan en el papel territorial de este tercio del sistema financiero.La asamblea celebrada por las 79 cajas el 16 de abril dejó satisfechas a las pequeñas y medias; quedaron en minoría las pocas grandes, partidarias de ampliar la expansión fuera de sus regiones con oficinas propias, reguladas por normas del sector. Pero la votación no resolvió el conflicto original: detener los planes de La Caixa para abrir -a través de sociedades filiales de servicios financieros- 250 tiendas.

Negativa a la expansión

Rechazada la mediación que intentaba superar los dos problemas a la vez, la Caja de Pensiones -causante de la polémica y luego disconforme con el último intento de resolverla- ha manifestado su intención de continuar la apertura de tiendas, a las que sólo son de aplicación la ley de Sociedades Anónimas u otras normas distintas a las de las cajas. Se trata de locales, instalados a veces en pisos, donde vende pagarés del Tesoro, títulos hipotecarios, seguros, participaciones en fondos de dinero, etcétera.Como respuesta, las cajas pequeñas y medianas, que impusieron su criterio en aquella asamblea, encabezadas por las federaciones andaluza y castellanoburgalesa, interpretan la victoria sólo como una negativa a cambiar las normas de expansión mediante oficinas propias, no como la aceptación de las sociedades de servicios finacieros, que consideran una vía para forzar aquélla. Por ello, también pretenden evitar la proliferación de tales tiendas y han iniciado contactos para proponer la integración de las existentes en una sociedad única dependiente de la CECA, en cuyos riesgos y beneficios cada caja participaría en función de los activos que venda. Pero quieren hacerlo a través de la propia red existente. Dicen que ello impedirá una nueva carrera alcista de los gastos, causante de la crisis bancaria, y al mismo tiempo evitará la división de sus empleados en personal de las cajas (regulado por un convenio propio) y de las tiendas de dinero (acogido a la reglamentación de oficinas y despachos).

Pero ha surgido un nuevo problema: la creación e implantación de media docena de fondos de inversión en activos del mercado monetario a corto plazo o fondos de dinero. En estos fondos, favorecidos por la gran liquidez del sector y que también tienen por objeto el lanzamiento de nuevos productos, se han agrupado cajas de diversas regiones (por lo general, cuatro o cinco distintas). Mientras algunas autoridades autonómicas o estatales persiguen fusiones a nivel regional, hay numerosas cajas vecinas que pertenecen a distinto fondo.

Las facilidades dadas por el Banco de España y el Ministerio de Economía a estos fondos de inversión han reafirmado a medios directivos del sector en su impresión de que la autoridad monetaria está a favor de la expansión de las cajas, pese a que el programa electoral del PSOE apuntaba lo contrario y a que la ejecutiva del Partido ha confirmado esta línea. La impresión estaba latente a la vista de que La Caixa no encontró dificultades para abrir sus primeras tiendas de dinero, fenómeno atribuido a que contribuiría así a colocar entre el público pagarés del Tesoro, como desea Hacienda.

Confirmaciones

Pero fue confirmada en la asamblea del 16 de abril, cuando el consejo de administración de la CECA expresó en su propuesta de mediación que ambas autor¡dades venan con buenos ojos un acuerdo para ampliar las normas de expansión ftiera de las regiones de origen desde las cinco capitales actuales a las 17 poblaciones con más de 200.000 habitantes. Un nuevo mensaje en este sentido Jo han recibido los directivos presentes en una reunión del sector en Torremolinos, donde el representante del Banco de España dijo que la expansión ha de ser un paso más hacia la liberalización.En este contexto, complicado porque coincide con el debate en el Parlamento del proyecto de ley de órganos rectores, se espera que la CECA protagonice un nuevo intento de mediación y de unidad. En ello se han manifestado interesadas tanto fuentes de las grandes como de las medianas. No obstante, existe el propósito de que esta nueva intervención de la CECA se plasme después de la aprobación de dicha ley, pues algunas cajas Ópinan que el dar muestras de división en este momento podría traerles la inclusión desde fuera del sector de una enmienda al proyecto que prohíba toda nueva forma de expansión regional.