La leve presión del papel impide que la bolsa baje más aún
La bolsa se ha mantenido a lo largo de la pasada semana en un ambiente apático, caracterizado por la falta de dinero, lo que ha empujado al índice general a retroceder 1,19 puntos. La ligera presión del papel, sin embargo, ha impedido que el descenso fuera aún más importante.El ambiente de desánimo es una significativa respuesta al retraso en la aprobación del nuevo paquete de medidas presentado por el ministro de Economía y Hacienda, así como al confusionismo creado en torno a las retenciones fiscales. En última instancia, lo que se considera presión electoralista de la central sindical socialista al Gobierno por los proyectados recortes de pensiones ha terminado por crear en la bolsa una atmósfera de incertidumbre y desconfianza.
Así, mientras que en los primeros días de la semana los valores del sector de la construcción se beneficiaron del papel de locomotora que Miguel Boyer les ha destinado, en la última parte de la tanda los ecos favorables habían desaparecido y el corro terminó perdiendo 0,55%. Aunque todos los sectores han retrocedido, a excepción de varios, que recuperó 0,15%.
Banca, por ejemplo, perdió 0,15%, pero en este caso es más significativo el descenso de negocio del corro, debido en buena parte al nuevo sistema de contratación por caja. Electricidad descendió 1,17%, al tiempo que se mantienen las incógnitas sobre los intercambios de activos; alimentación, 3,31 %; inversión mobiliaria, 0,54%; siderometalúrgicas, 2,90%, y químicas, 0,04%.
Los últimos datos de coyuntura, como el incremento de un 0,7% en el índice de precios al consumo para marzo y el descenso de las exportaciones en un 4,5% en términos reales durante el primer trimestre del año, no han llegado con tiempo a la bolsa para dar lugar a que los operadores reaccionaran. Pero, ciado su carácter negativo los analistas esperan que sus perniciosos efectos se registrarán en las próximas sesiones.
El mercado monetario no registra tensiones, aunque la última subasta de pagarés del Tesoro ha puesto en evidencia que el precio del dinero está a punto de tocar fondo (o lo ha tocado ya). Pero lo que más preocupa ahora a los expertos es que la economía española está perdiendo actividad y, al mismo tiempo, no termina de controlarse la inflación. En esas condiciones, los planes para relanzar el consumo pueden ser absorbidos por el encarecimiento de los precios, que afecta esencialmente a artículos de primera necesidad.
El inicio de las juntas de accionistas, donde se anunciarán los resultados de las sociedades, puede ser uno de los agentes que influyan en un despertar bursátil, aunque haya que esperar a que transcurra esta próxima semana, marcada por los paréntesis festivos.
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