Elogio de Bulgaria

Por si estima oportuna su publicación, le envío el siguiente comentario a propósito de los artículos referidos a Bulgaria aparecidos en EL PAIS los días 16 y 17 de abril.La fijación anticomunista entre gran número de españoles progresistas se manifiesta en infinidad de detalles. Pese a su aparente objetividad, el señor Estévez no se atreve a una clara y rotunda conclusión tras su análisis de vida en la actual Bulgaria; que el comunismo puede conducir a la consecución de un bienestar social y económico de tipo medio alto, que los países capitalistas están lejos de conseguir, ya que el socialismo basa su desarrollo a partir del logro de una justicia social, que en los países con una estructura capitalista no podrán conseguir jamás, puesto que el modelo de sociedad que proponen está basado fundamentalmente en lo contrario, en el dominio de unos pueblos sobre otros, de tal modo que los ricos son cada vez más ricos, y los pobres, más pobres.

La segunda parte del artículo se titula La bulgarización de la minoría turca, agrandando un problema cuyo tratamiento por parte del Estado nos debería llenar de sonrojo, ya que esta minoría (recordemos: restos del pueblo invasor, el turco, que durante 500 años ocupó por la fuerza Bulgaria y trató de destruir sus señas de identidad) tiene sus emisoras de radio, televisión, sus escuelas y cuantas facilidades necesiten para conservar su especificidad cultura¡ y, si lo desean, regresar a su patria de origen. Contrasta con el tratamiento que las minorías culturales han sufrido en otros países, entre ellos el nuestro, a través de la historia y en la más rabiosa actualidad (moros y judíos expulsados, masacrados; indios esterilizados; gitanos marginados y despreciados; etcétera).

El señor Estévez no hace ninguna referencia a la cultura búlgara, al presupuesto que el Estado dedica a la enseñanza, a la cantidad de orquestas de cámara, museos y salas de exposiciones, bibliotecas, teatros, que en Bulgaría ocupan lugar destacado y son exponente de la consideración que se tiene de la formación cultural y desarrollo de la sensibilidad, único y acertado camino para conseguir de verdad una sociedad de mujeres y hombres libres.

Bulgaria es, simplemente, un ejemplo de lo evidente, y que la hipocresía capitalista trata, por todos los medios, de ocultar, de minimizar. La aplicación de la filosofía socialista puede conducir al logro de un mayor equilibrio social, y esto es algo que la buena y santa sociedad de derechas no puede consentir, y para ello no duda, como siempre en la historia del hombre, en calumniar, fomentar el armamentismo, el terrorismo, las guerras que consuman sus excedentes de armamentos, la penetración del gansterismo y la droga, y vender su alternativa subcultural deslumbrante y hortera, vender y exportar su Disneylandia. Cada vez engañan menos, pero a todos nos queda la cobardía y el miedo a ser libres con dignidad. Se ha optado, parece, por el deshonor con coca-cola.- Arcadio Blasco.