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La extrema derecha en la periferia de Madrid

20 muchachos airados

Las amenazas de un pequeño grupo 'ultra' de Parla provocan la inquietud de la izquierda local

Amelia Castilla

En los últimos seis años, la localidad de Parla, con el porcentaje de voto de izquierda más alto de toda la, región, vive entre la "indignación y el miedo", según palabras del alcalde, el socialista Francisco González, por los continuos ataques de los ultras. Sus actividades hasta 1982, fecha en que se disolvió Fuerza Nueva, fueron atentados con cócteles molotov contra las sedes de partidos democráticos y un intento de asalto del Ayuntamiento. Tras la disolución del partido de Blas Piñar apareció en Parla un grupo, que responde a las siglas RN (Revolución Nacionalista), que se dedica a enviar anónimos escritos y realizar constantes llamadas telefónicas amenazadoras a personas vinculadas a partidos de izquierda.

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Parla fue una localidad de 7.000 habitantes, de casas de pueblo blanqueadas, por la que paseaban las ovejas, hasta que llegó el desarrollismo salvaje en 1973. Empezaron entonces a crecer por todas partes centenares de bloques de pisos baratos y malos para los pobres, que lo convirtieron en un almacén de la mano de obra que cada mañana nutre a la gran ciudad. En 11 años, su población se multiplicó por 10. En casas de 50 metros se instalaron las últimas oleadas de emigrantes, trabajado res no especializados que dejaron Andalucía para integrarse en el sector de la construcción.La violencia ultra que se vive en esta ciudad del área metropolitana de Madrid no constituye un hecho aislado. El domingo día 7 de marzo de 1982, los 40 agentes de la Policía Municipal cumplían servicios rutinarios de vigilancia callejera y de tráfico en Parla, una localidad situada a 21 kilómetros de Madrid a la que cuesta llegar más de una hora cuando aprieta el tráfico.

Fuerza Joven, rama juvenil de Fuerza Nueva, realizaba un acto de afirmación nacional en los salones del restaurante El Brillante, situado apenas a 100 metros del Ayuntamiento. A la una de la tarde, el único agente que se encontraba de guardia en el municipio observó atónito cómo un grupo de unos 200 jóvenes, adornados con toda la parafernalia fascista y armados con banderas españolas, bates de béisbol y otros objetos contundentes, se acercaba a las puertas del edificio. Situados en formación, como si se tratara de un pequeño ejército, amedrentaron al agente para entrar en el edificio, al tiempo que coreaban consignas a favor de la Guardia Civil.

El agente dio aviso a la comisaría del pueblo, y a los pocos minutos los componentes de una dotación de un coche zeta y un furgón de la Policía Nacional pedían a los manifestantes que se dispersaran. Después de una acalorada discusión, los miembros de FN se abalanzaron sobre los policías blandiendo las astas de las banderas y los bates de béisbol. El intento de asalto del Ayuntamiento se saldó con cinco policías heridos y tres militantes de FN detenidos, que fueron puestos en libertad en días posteriores. "El incidente se relacionó entonces", afirma ahora el alcalde, "con la escalada de violencia ultraderechista que sufría el llamado cinturón rojo de Madrid, gobernado en su práctica totalidad por alcaldes socialistas y comunistas". En fechas anteriores había explosionado una bomba en el automóvil del alcalde de Alcalá de Henares, Arsenio López Huerta, socialista, reivindicado por el autodenominado Comando 23-F, el mismo que se atribuyó amenazas de bombas en Getafe y Fuenlabrada.

"Muerte a los gitanos"

"La disolución de Fuerza Nueva llevó momentáneamente la calma al pueblo, hasta que las calles del casco viejo comenzaron a llenarse de pintadas de RN", afirma Francisco Javier Robledillo, secretario general de las Juventudes Socialistas de Parla y concejal del Ayuntamiento. Un triángulo que engloba la cruz gamada nazi y las siglas RN, con consignas como "Pinochet, estamos contigo" o "Muerte a los gitanos", cubre las paredes de numerosos edificios.

En los últimos meses, la misma organización ultra ha reivindicado la autoría de una docena de atentados, sin graves consecuencias, contra sedes de partidos de izquierda y sindicatos. RN ha di fundido también amenazas con tra el alcalde y un sacerdote de la parroquia de la Paz, Julio Gómez, que encontró en su automóvil, el pasado mes de enero, un paquete bomba que contenía 300 gramos de pólvora prensada. El domingo pasado, una plaza en la que se ce lebraba una fiesta mitin por la paz y la salida de España de la OTAN tuvo que ser desalojada al recibir la Policía Municipal una llamada telefónica en nombre de la organi zación RN, que anunciaba la co locación de varias bombas.

"Esto es constante aquí", afir ma Robledillo, "pero los tenemos localizados. Sabemos que son una veintena de muchachos, en tre los 16 y 20 años, que estudian en el instituto y en el centro de formación profesional". El domingo, los miembros de RN asistieron al mitin por la paz, "estu vieron sentados en un banco como una media hora y luego se marcharon. Minutos después lle gaba la Policía Municipal para desalojar la plaza por amenaza de bomba", explica Robledillo.

"El grupo ultra se reúne en la antigua sede de FN, conocida en el pueblo como la casa azul", dice. El local, que se utiliza como sede de la organización cultural Patria y Libertad, permanecía el pasado jueves cerrado y sólo se veían pin tadas en la fachada azul con el anagrama ácrata semiborradas. "La policía", afirma Robledillo, "no puede tomar medidas contra ellos porque no se les ha pillado in fraganti y sólo existen sospechas".

El alcalde Francisco González, que dedica parte de su gestión en el Ayuntamiento a hacer caridad entre los vecinos que carecen de recursos económicos para comer o hacer efectivos los pagos de los recibos de la luz, opina que "los muchachos de RN están más fichados en el pueblo que el Séptimo de Caballería".

El alcalde, al que ya no intimidan las amenazas del grupo, afirma que "no tienen ni media hostia, pero han conseguido crear un clima de tensión en las organizaciones de izquierda que te mosquea y te jode. Nos llenan el pueblo de pintadas y tiran cócteles cada dos por tres en las sedes de los partidos". La presencia ideológica de la extrema derecha en el pueblo es mínima. "En el Ayuntamiento", dice el alcalde, "somos 23 rojos (20 del PSOE y 3 del PCE) y dos representantes de la derecha conservadora y parlamentaria".

"Marinaleda castellana"

González afirma que "situaciones lumperianas como la que se vive en Parla constituyen el caldo de cultivo idóneo para la extrema derecha. Las actividades de RN son los últimos flecos del poder caciquil que gobernó y convirtió el pueblo en una ciudad dormitorio". Una colmena con 6.000 parados (el 41 % de la población activa), el más bajo nivel de renta de la región y un índice de analfabetos altísimo. "En este marco, las actividades de los ultras pasan inadvertidas. ¡Pero si la gente no sabe lo que representa la cruz gamada!", dice el alcalde.

Paco, nombre por el que conocen todos los vecinos del pueblo al alcalde, recibe a diario a oleadas de desempleados que buscan trabajo, comida y dinero, por este orden, para poder salir adelante.

"La situación es explosiva", asegura González. "No existe más empresa que los comercios y el Ayuntamiento, y nuestra capacidad para dar trabajo es mínima: tres conserjes en un colegio en un año y seis señoras para realizar la limpieza en un instituto al siguiente", asegura.

"Parla se ha convertido en la Marinaleda castellana. Me gustaría que mis compañeros del Gobierno dejaran un día su despacho en la Castellana y se pasaran por aquí para que vean de cerca lo que es esto", dice el alcalde.

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