La Cámara baja aprueba la ley electoral por acuerdo de todos los grupos, salvo el Mixto

La ley Electoral General (orgánica) resultó aprobada anoche en el Pleno del Congreso de los Diputados con los votos favorables de todos los grupos parlamentarios a excepción del Mixto -integrado por CDS, Esquerra Republicana Euskadiko Ezkerra y PCE-, que considera que con ella se consagra el bipartidismo. Esta ley, que pasará ahora al Senado, mantiene la filosofía general de la ley provisional que ha regido todas las consultas electorales desde 1977, como el sistema proporcional D'Hont y el mantenimiento de 350 diputados. La novedad sustancial es que con la nueva norma se regularán las elecciones legislativas, las municipales, las de diputaciones y se establecen los criterios básicos de los comicios autonómicos, aunque con un amplio margen de acción para las comunidades. Asimismo, se garantiza una absoluta pureza en el censo y se limitan los gastos electorales.Mientras que en el Pleno se iban desgranando las defensas de las enmiendas, la negociación en los pasillos era incesante entre el portavoz socialista, Eduardo Martín Toval -previas consultas al vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra-, y los representantes nacionalistas de Minoría Catalana, Josep López de Lerma y Marcos Vizcaya por el grupo vasco.

El consenso se plasmó por medio de enmiendas transaccionales presentadas por el Grupo Socialista, que recogían las indicaciones de la oposición, Minoría Catalana y grupo vasco, que en voz de sus representantes, Miquel Roca y Marcos Vizcaya, comenzaron sus intervenciones de la mañana anunciando un posible recurso de inconstitucionalidad a la ley; ambos fueron cambiando de estado de ánimo a medida que el grupo que apoya al Gobierno les ofrecía todas las garantías de que se respetarán los estatutos de autonomía en lo que se refiere a la organización de sus propias elecciones en cada comunidad, aunque esta ley se reserva la facultad de apuntar los criterios básicos.

Los nacionalistas vieron culminadas sus aspiraciones cuando dirigentes del PSOE les garantizaron 10 minutos de acceso a los medios de comunicación públicos, en campaña electoral, por el primer canal de televisión, dentro del ámbito de su comunidad y a las horas de máxima audiencia.