La industria soviética es incapaz de sacar adelante la producción de su primer vídeo

La industria soviética ha sido incapaz de sacar adelante hasta ahora la producción del primer vídeo fabricado totalmente en la URSS, el BM-12, que salió al mercado en mayo de 1984, según un artículo publicado por el periódico Komsomolskaia Pravda. la producción soviética de magnetoscopios de vídeo es insuficiente para atender la demanda de consumidores. El pasado año tan sólo se fabricaron 4.000 aparatos, un tercio de los previstos, del modelo BM-12, bajo licencia de la patente japonesa de VHS.

Todas las cintas vírgenes que se comercializan en la URRS son de importación y no existen servicios suficientes de mantenimiento, y reparación. Respecto a las cintas pregrabadas, hay un escaso catálogo de 150 películas, antiguas en su mayoría, mientras florece, por el contrario, el mercado negro de cintas occidentales.El BM-12, que funciona con el sistema japonés, VHS y se fabrica bajo licencia de este país (según datos no especificados por el mencionado periódico), se ha producido en cantidades tan insignificantes que ni siquiera el personal directivo implicado en la fabricación puede comprarlo.

Según Komsomolskaia Pravda, para 1984 se habían planificado 12.000 videomagnetoscopios, pero se llegaron a fabricar menos de 4.000, y las colas para comprar los aparatos disponibles agrupan a miles de personas. Para 1985 el plan ha sido corregido a la baja, y en lugar de 32.000 unidades se producirán alrededor de 20.000.

El proceso de producción de vídeos en color agrupa a un total de 50 empresas y se realiza fundamentalmente en la ciudad de Voronesh (a unos 300 kilómetros de Moscú). Las cintas de vídeo, sin embargo, deben importarse en su totalidad, y Komsomolskaia Pravda reconoce que la técnica corriente soviética no tiene "la precisión y la calidad" que se necesita para producir los aparatos de vídeo.

La división de competencias entre los distintos ministerios es uno de los motivos que aparentemente se encuentra detrás de la deficiente producción de vídeos. La fabricación de videomagnetoscopios es competencia del Ministerio de la Industria de Comunicaciones, pero la fabricación de las cintas es competencia del Ministerio de Industria Eléctrica.

Las cintas

El Ministerio de Industria Eléctrica afirma que sus empresas no pueden producir el tipo de equipo que se necesita para fabricar las cintas, y el Ministerio de Industria Química, a su vez, insiste en que los materiales para producir las cintas no deben importarse, sino que deben fabricarse en la URSS. El resultado es que, pese a las llamadas para que las cintas de vídeo se produzcan en la URSS, éstas deben importarse del extranjero.En el vídeo BM-12 hay un total de 1.200 piezas, y el aparato muchas veces acaba en el taller de reparaciones sin haber salido siquiera al mercado.

Otro de los problemas que tiene este sector industrial es la falta de servicio de reparación para atender a las garantías de los aparatos, que, por lo visto, ofrecen poca seguridad. Según Komsomolskaia Pravda, en una muestra de 100 videocasetes llegados a Moscú, uno de cada ocho necesita reparación.

Las cartas a las fábricas productoras de vídeo llegan de todo el país, desde Siberia a Ucrania, pasando por las repúblicas bálticas. Según el periódico, la pregunta de cómo comprar un vídeo BM-12 o si éste se puede comprar es formulada más veces en un solo día que vídeos se producen en un mes en las fábricas de Voronesh.

Por otra parte, el diario Komsomolskaia Pravda afirma que no se ha producido en la URSS ni una sola película especial para vídeo. Desde 1980 sólo se pusieron. a la venta 15 cintas, y entre ellas no había ni un solo estreno ni una sola película extranjera popular.

De las 150 películas disponibles en total en las tiendas soviéticas, la mitad son en blanco y negro y pertenecen a los años cincuenta, o bien son dibujos animados antiguos. El repertorio de comedias cinematográficas modernas es muy limitado y se basa en títulos como Ironía del destino o Moscú no cree en las lágrimas.

Otros géneros videográficos no parecen existir, afirma el periódico, que lamenta la falta de programas especiales para jóvenes, diversión, musicales y divulgación científica.

Doblaje

Los autores del artículo no parecen sorprendidos de que la grabación de casetes se organice de otro modo, refiriéndose sin duda a los florecientes circuitos de venta y distribución de películas occidentales, con doblaje superpuesto en ruso.En este ámbito, que circula vía mercado negro, es posible encontrar una amplia gama de títulos, que va desde películas de aventuras y clásicas hasta el cine porno.

Komsomolskaia Pravda sugiere que la solución a los males del BM-12 podría venir de la creación de un comité independiente que se ocupara de los problemas de la producción del vídeo, incluido el repertorio de las videocasetes, y apela a instituciones como el comité de cine soviético y la radiotelevisión de este país.