Los decretos del Gobierno rebajan las aspiraciones del comisario de la Expo 92
Los tres decretos aprobados por el (Consejo de Ministros del pasado miércoles relativos a la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento rebajan las aspiraciones del comisario de la Expo 92, Manuel Olivencia. Este, designado para el puesto por decisión personal de Felipe González y apoyado por la derecha sevillana, ha sufrido críticas entre hombres próximos al presidente, y ello ha dado lugar a una dura y soterrada negociación que ha retrasado la aparición de los citados decretos.
El primero de los decretos citados crea un Alto Patronato para la Conmemoración del V Centenario, cuya presidencia de honor ostenta el Rey, y cuya presidencia ejecutiva corresponde al presidente del Gobierno o, en su caso, al vicepresidente. Forman parte de este patronato, entre otras personas, los ministros de Exteriores, Economía y Presidencia, junto al comisario de la Expo-92 y al presidente de la Comisión Nacional para el V Centenario.El segundo decreto perfecciona y amplía la actual composición de la Comisión Nacional para el V Centenario, que preside el presidente del Instituto de Cooperación Ibeoramericano (ICI), Luis Yáñez; al pleno de la comisión corresponde conocer los informes del comisario general de la Expo92. Al presidente de esta comisión corresponde la más alta representación en todo lo que atañe al V Centenario.
Por último, el tercer decreto regula el régimen y las funciones del comisario general de la Expo-92. De acuerdo a este decreto, el Comisario tendrá rango de subsecretario, y no de Secretario de Estado, como Olivencia deseaba. Según este texto, el comisario viene obligado a informar periódicamente al Gobierno de sus actividades, a presentar al mismo los planes y programas y a informar al pleno de la Comisión Nacional del V Centenario de sus gestiones. Igualmente, el decreto le concede la asunción de sus competencias "siempre en el marco de la Conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América".
Las aspiraciones de Manuel Olivencia quedan así notablemente recortadas tras una sorda batalla librada en torno a Felipe González, antiguo alumno de Olivencia en la Universidad de Sevilla, y que veía en éste no sólo a un hombre capaz para el cargo, sino a la persona ideal para movilizar a la inversión privada. Pero hechos ocurridos desde su nombramiento han menoscabado la figura de Olivencia, que no presentó en enero el informe prometido al presidente y que ha sido acusado de realizar maniobras con el apoyo de la derecha sevillana para hacer acopio del máximo poder posible cara al control económico y político de la exposición.
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