Más de 100 sacerdotes critican la línea pastoral seguida por el cardenal Suquía

Una veintena de sacerdotes se reunió la semana pasada en Alcalá de Henares para tratar los problemas que, según ellos, está planteando la línea pastoral de corte tradicional seguida por el arzobispo de Madrid, Ángel Suquía. Al término de la reunión redactaron una carta, en la que exponen sus críticas y que ha sido firmada hasta ahora por más de 100 sacerdotes. Por su parte, medios del arzobispado de Madrid afirman que el escrito no les produce ninguna inquietud y que responde simplemente al pluralismo ideológico que existe en la Iglesia.

La reunión se produjo como consecuencia del nombramiento, el pasado 25 de marzo, de tres nuevos obispos auxiliares para Madrid, dos de los cuales, Francisco José Pérez y Fernández-Golfín y Francisco Javier Martínez, parecen reforzar la tendencia del arzobispo Suquía a imponer, en opinión de algunos firmantes de la carta, un nuevo rumbo más tradicional, que podría obedecer a unas consignas muy claras emanadas de Roma para "enderezar ciertas desviaciones" que mantenía el cardenal Vicente Enrique y Tarancón. Fernández-Golfín es, según Vida Nueva, revista católica de tendencia progresista, "el animador de una escuela de espiritualidad sacerdotal, de tendencia más bien conservadora, a cuyos miembros se les conoce popularmente por golfinianos". A Francisco Javier Martínez, discípulo del anterior y dedicado fundamentalmente al estudio, se le critica el haber sido nombrado muy joven -nació en 1947- y no tener la práctica pastoral que parece necesaria en una diócesis de la importancia de Madrid. El tercero de los nombrados, Agustín García-Gasco, está considerado como más próximo a las tendencias progresistas.

La carta redactada en la reunión de Alcalá sigue distribuyéndose estos días y los promotores esperan obtener unas trescientas firmas. Aparte del nombramiento de los vicarios, llama la atención sobre el problema del seminario de Madrid, que en la época del cardenal Tarancón, bajo la dirección de su actual rector, Juan de Dios Martín de Velasco, había conseguido un equipo homogéneo de educadores muy en la línea del cardenal.

A principio de este curso, el arzobispo Suquía ha introducido en el seminario de Madrid a unos formadores que siguen la línea de Fernández-Golfin. En opinión de los firmantes, estos nombramientos rompen la unidad ideológico-pastoral del equipo de formadores. A esto hay que añadir la llegada al seminario de Madrid de un grupo de seminaristas golfinianos y afines al Opus Dei que antes estudiaban en Toledo.

La carta ha sido entregada por los promotores a Suquía. En medios del arzobispado consultados por EL PAIS, se afirma que la carta no causa ninguna inquietud: "En una diócesis tan grande como la de Madrid, en la que el total de sacerdotes supera a los 2.000, no tiene gran importancia. Por el contrario, expresa un cierto pluralismo ideológico que existe en la Iglesia".