Alfonso Guerra apoya públicamente la continuidad de Benegas al frente del PSOE de Euskadi
Las esperanzas de buena parte de la militancia socialista de Vizcaya del que la presencia de Alfonso Guerra en el IV congreso del partido significara una mediación entre los defensores de los dos máximos líderes vascos, Txiki Benegas y Ricardo García Damborenea, para asumir el cargo de secretario general, se desvaneció con la intervención del vicepresidente del Gobierno español. "Benegas está en en una posición para la política del País Vasco que quizá no tenga nadie en España más que el presidente del Gobierno, porque su papel ha sido fundamental", apostilló Alfonso Guerra.
El vicepresidente del Gobierno se dirigió a los 400 delegados socialistas tras las intervenciones de salutación del alcalde nacionalista, José Luis Robles, y del presidente del PSOE, Ramón Rubial, en un tono distendido, carente de referencias a temas conflictivos.A muchos dirigentes del sindicato UGT les hubiera gustado oír en el discurso del vicepresidente del Gobierno, según reconocieron, alguna mención al debate relacionado con la adhesión de España a la OTAN por tratarse de un punto de fricción que ha provocado tensiones no sólo entre UGT y el PSOE; sino en el seno de las propias filas socialistas.
Aunque reconoció que "no es igual hoy la banda armada ETA que impide la convivencia y viola la libertad de los ciudadanos, que hace dos años, porque afortunadamente se ha debilitado", insistió en que en Euskadi "se vive todavía con dureza". Por esta razón se dirigió a los congresistas en los siguientes términos: "Sois la vanguardia del sacrificio socialista por sus ideas".
El marcado acento en la defensa del pacto de legislatura -que era interpretado por los observadores como un espaldarazo a José María Benegas- fue el mensaje central de su valoración sobre la política socialista en el País Vasco.
Pacto histórico
En su opinión, el pacto de legislatura, acordado entre nacionalistas y socialistas, "puede ser absolutamente histórico no ya para España sino para Europa y para la concepción que se tenga de la convivencia para el mundo en general".
Esta expresión obligó al portavoz nacionalista, Xabier Aguirre, que asistía como invitado al congreso, a precisar, al ser interpelado por los informadores, que el pacto significa, fundamentalmente, "la garantía de una estabilidad de Gobierno durante la presente legislatura".
José María Benegas, por su parte, se detuvo, también, en la transcendencia política que conlleva la firma del pacto de legislatura con el PINV. "Los socialistas vascos seguiremos aspirando a que la edificación de la comunidad autónoma vasca cuente con amplio consenso y sea compartida en sus aspectos fundamentales".
Tras señalar, acaso como única reflexión autocrítica, que la militancia del PSOE en Euskadi tan sólo se ha incrementado en un 20% desde 1982, Benegas resaltó que la actividad política del PSOE se ha desarrollado "en condiciones muy duras y difíciles habiendo pagado un alto precio por habernos enfrentado abiertamente al terrorismo de ETA y al fanatismo de Herri Batasuna". Y recordó los asesinatos de los compañeros Enrique Casas y Vicente Gajate".
Al repasar la trayectoria de la historia de Euskadi en los tres últimos años, Benegas destacó que la etapa de Carlos Garaikoetxea condicionó la estrategia política de los socialistas vascos.
"A lo largo de la etapa de Garaikoetxea", dijo, "los problemas que tenía la sociedad vasca envejecían, el tiempo pasaba y los problemas se agravaban. Ninguno era encauzado al menos para poder ser resuelto a medio plazo. En esta etapa, más que gobernar se aspiraba a mantener un liderazgo mesiánico en el seno de todos los nacionalismos, incluidos los más extremos, es decir, Herri Batasuna".
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