Londres, como solución
Según cifras oficiales de la oficina británica de censos y encuestas de población, 22.999 españolas abortaron en el Reino Unido en 1983. La tendencia no disminuye, y las españolas constituyen el núcleo más numeroso de las extranjeras que interrumpen su embarazo en el Reino Unido, muy por delante de irlandesas, francesas, italianas o norteafricanas, según portavoces del Ministerio de Sanidad británico.Desde que la memoria de la Fiscalía del Tribunal Supremo de 1974 estimara en 300.000 los abortos anuales en España, el Reino Unido se ha mantenido a la cabeza de los países elegidos por las españolas para interrumpir la gestación.
Las estadísticas británicas indican que la edad media de las españolas que abortan en Londres oscila entre los 20 y los 34 años. Según el testimonio personal de algunos médicos y asistentes sociales que trabajan en clínicas habituadas a recibir pacientes españolas, hace 10 años acudían a abortar a Londres más mujeres de 28 a 35 años que en 1984, por ejemplo. En la actualidad, el gran bloque lo representan las de edades comprendidas entre los 15 y los 28 años.
Un número significativo de españolas acude a Londres para abortar por segunda y por tercera vez, según los especialistas consultados por este periódico, que llaman la atención sobre este fenómeno, ya que hace algunos años el fenómeno repetitivo era más explicable debido a la falta de información sobre control de natalidad.
Legislación abierta
La legislación británica sobre el aborto, aprobada en 1967, es una de las más abiertas de Europa occidental. En ella, las interrupciones voluntarias del embarazo están cubiertas por la Seguridad Social, pero aproximadamente la mitad de los 137.000 abortos que se llevan a cabo cada año en el Reino Unido tienen lugar en clínicas privadas, debido a las largas colas de espera en los hospitales públicos. Sólo en Londres existen más de 44 centros privados de este tipo.
El precio varía según las semanas de embarazo, pero en 1984 estaba situado alrededor de las 115 libras esterlinas (unas 24.000 pesetas) para las 12 semanas, 120 libras para las 14, 15 y 16 semanas y 140 libras (unas 29.000 pesetas) para embarazos más largos.
Este precio incluye exclusivamente el tratamiento médico y hospitalario. Las españolas tienen que sumar el precio del billete de avión y, normalmente, el de una o dos noches de hotel antes del ingreso en la clínica. Contabilizando sólo el precio del aborto puede calcularse que la presencia en Londres de esas 23.000 españolas supone unos ingresos anuales para las clínicas privadas de 2.750.000 libras esterlinas, esto es, más de 550 millones de pesetas.
En 1983 murió una mujer malagueña, María Oliver Rodríguez, de 33 años, madre de cuatro hijos, al intentar abortar en una clínica de Tánger. Ello puso de relieve que Tánger ha sido, en este sentido, la Londres del sur. Centenares de jóvenes andaluzas atraviesan el estrecho de Gibraltar cada año para abortar de forma aceptable. El coste de la operación era en la fecha citada de unas 35.000 pesetas.
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