La dirección del PCE envió ayer cartas a los 19 dirigentes críticos para que rectifiquen en 15 días
La dirección del PCE remitió ayer 19 cartas certificadas a otros tantos miembros del comité central, encabezados por Santiago Carrillo, donde les insta a que, explícita e individualmente, y en un plazo máximo de 15 días, acaten los acuerdos de ese organismo y respeten los estatutos. En caso contrario, serán apartados de todos los órganos de dirección del partido y pasarán a ser militantes de base. Entretanto, la mayoría carrillista de Valencia puede romperse, merced a la inclinación favorable a las normas de la dirección del histórico Antonio Palomares, hasta ahora amigo personal de Carrillo.
Palomares, miembro del comité central y de la ejecutiva del Partido Comunista del País Valenciano (PCPV), pidió el pasado lunes la convocatoria urgente del comité ejecutivo de esa comunidad para examinar el hecho de que su secretario general, Juan Villalba, firmase el sábado el manifiesto en el que el grupo de Santiago Carrillo reafirma su propuesta de una plataforma de unidad de los comunistas. Esta propuesta es la causa de las posibles sanciones a los carrillistas, que ya han comenzado con la sustitución del ex secretario general como portavoz parlamentario en el Congreso. Esta situación ha sido acogida en la sede central del PCE con júbilo, dado que puede significar la ruptura de la mayoría carrillista en Valencia, provocada precisamente por un histórico como Palomares, que cuenta con gran prestigio entre las bases más ortodoxas del partido en Valencia.
La carta certificada enviada ayer a Santiago Carrillo, Santiago Carrillo Menéndez, Julián Ariza, Adolfo Pastor, Lorenzo Hernández, Adolfo Piñedo, Norberto Buenache, Rafael Pillado, Anselmo Hoyos, Ángel Cristóbal, Javier Terriente e Ignacio Terriente, entre otros, solicita a cada uno de ellos que se retracte de la decisión de constituir una plataforma que la dirección considera que no es sino la cristalización de otro partido dentro del PCE. En 15 días, los 19 críticos deberán manifestar por escrito su acatamiento a los acuerdos de la conferencia nacional finalizada el pasado fin de semana, al comité central y a los estatutos del PCE. Transcurrido el plazo, el comité central se reunirá para evaluar los resultados, y destituirá de sus cargos a los que no rectifiquen.
Un gran escepticismo pesa sobre la dirección en cuanto a la posibilidad de que la carta -"un acto meramente formal"- mueva a la recapacitación de los disidentes. Esta impresión viene provocada por la nueva conferencia de prensa que ofreció el pasado lunes Santiago Carrillo, flanqueado por casi todos los dirigentes amenazados de pérdida de cargos, en la que se volvió a arremeter contra la dirección. La creación de una plataforma sugiere a la ejecutiva comunista que Carrillo y los suyos piensan actuar desde otro partido; de ahí la palabra "autoexclusión", que se utiliza para designar la situación de los carrillistas. Carrillo reiteró, no obstante, que esta llamada a la unidad de los comunistas la realizan desde dentro del PCE, y no fuera de él.
Cambios en Madrid
La situación de los parlamentarios comunistas en la Asamblea Autónoma de Madrid dio ayer un giro importante, al descolgarse tres de sus miembros de los carrillistas. Éstos son Joaquín Tejeiro, Sergio García Reyes y José Luis Casas, quienes, junto a los dos afectos a la actual dirección, reúnen el mínimo de cinco diputados necesario para formar grupo parlamentario, en el caso de que los cuatro representantes del PCE en la comunidad se autoexcluyan, según jerga de la dirección. El bloqueo de las cuentas corrientes de las organizaciones en Madrid no finalizará hasta que no se celebre una conferencia extraordinaria que elija una nueva dirección. La ejecutiva comunista ordenó ayer el cambio de cerraduras en los locales del PCE madrileño de San Blas y Móstoles, práctica que continuará en los próximos días. El actual secretariado de Madrid ha considerado el hecho como un "asalto violento". El comité regional de Madrid, que dirige Adolfo Piñedo, denomina a los autores "grupos escisionistas", que, en su opinión, obedecen a medidas planificadas desde la sede central del PCE. "Los asaltos de corte difícilmente calificable indican cuál es el carácter real de las propuestas del grupo de dirección convergente y forman parte de un proceso de ruptura del PCE y del intento de expulsión de miles de comunistas", manifestó un portavoz oficial del comité madrileño.
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