Kadar defiende el derecho, de cada país a buscar sus propias vías hacia el socialismo
ENVIADO ESPECIAL El máximo dirigente húngaro, Janos Kadar, inauguró ayer el XIII-Congreso del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH, comunista) con una firme defensa de las reformas económicas y políticas realizadas en los últimos años y del derecho de cada nación a buscar sus propias vías hacia el socialismo, incluida la del pluripartidismo. Kadar, de 74 años (los últimos 29 en el poder), líder indiscutido dentro y fuera del partido, bajo cuyo mandato Hungría se ha convertido en el país con mayor flexibilidad económica e iniciativa privada del Pacto de Varsovia, manifestó que el marxismo-leninismo tiene "fuertes fundamentos, pero no dogmas", y pidió nuevas respuestas a los nuevos problemas para construir el socialismo.
El dirigente húngaro, que habló hora y media en tono muy distendido y se mostró en excelente estado físico, animó al congreso a confiar en el pueblo, "maduro políticamente", y defendió la nueva ley electoral, que elimina las listas únicas del partido en las elecciones generales. El próximo día 8 de junio, los húngaros podrán votar por primera vez entre, al menos, tres candidaturas, que ya no tendrán que ser comunistas.Grandes especulaciones provocó ayer, entre una multitud de periodistas extranjeros llegados a Budapest al congreso, una frase de Kadar que negaba la necesidad del partido único para el progreso hacia el socialismo. Según manifestó, "el sistema del partido único no es un principio inmutable, sino que obedece más bien a cuestiones prácticas". También existen fórmulas pluripartidistas para lograr el mismo objetivo, según añadió.
El discurso fue una defensa de su política, que últimamente ha sido criticada por sectores ortodoxos en el partido y en los sindicatos, que ven en las reformas económicas de liberalización una desviación de los principios ideológicos del marxismo-leninismo y un crecimiento de las diferencias entre las clases sociales.
En el recién estrenado Palacio de Congresos, donde se celebra la reunión, le escucharon los 935 elegidos de 87.000 miembros del partido -en un país de algo más de 10 millones de habitantes-, invitados y delegaciones extranjeras, entre las que destacaba la presencia de Grigori Romanov, miembro del Politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética, en su día considerado en Occidente como candidato a la dirección del Kremlin, en rivalidad con Mijail Gorbachov.
Romanov y Bilak, ortodoxos
Romanov es un firme defensor de la ortodoxia marxista-leninista, partido único incluido. También parece significativo que el hombre que dirige la delegación del vecino del Norte, Checoslovaquia, sea Vasil Bilak, el representante más duro de la ortodoxia del régimen de Praga, que en los últimos años ha criticado, en ocasiones abiertamente, la política húngara, tanto en su vertiente económica como en las relaciones de Budapest con Europa occidental.
Romanov estuvo sentado a la diestra de Kadar durante la ceremonia de apertura y pronunciará hoy un discurso que se espera con gran interés, ya que supondrá la primera toma de posición pública de la URSS respecto a la política húngara después del relevo en la cúpula del Kremlin.
Precisamente a los delegados soviéticos y de otros países aliados en el Pacto de Varsovia se dirigía el líder húngaro cuando subrayó, quizá en la única ocasión en que puso un especial énfasis retórico, que "Hungría es un país estable". Por la fidelidad a la política exterior soviética y la garantía de que en Hungría no existen tendencias "antisocialistas" organizadas, sino fuerzas que buscan el socialismo por medios diversos en el partido, Budapest ha logrado un gran margen de confianza en Moscú, que ha permitido las reformas.
Kadar hablaba, por otra parte, a los ortodoxos en el propio partido cuando aseguró que se mantendrá el pleno empleo, a pesar de la necesaria reestructuración industrial, para cuya realización no se duda en cerrar empresas no rentables. Respecto a la autonomía empresarial, manifestó que el director deberá responder ante el Estado de sus actos, pero deberá tener libertad de decisión para ello.
Se renueva el Pacto
En relación a la alianza militar del mundo socialista, Kadar anunció ayer que la Unión Soviética y sus aliados europeos acordaron el pasado día 13 de marzo, "por unanimidad", renovar el Tratado (de Varsovia, que expira el próximo 14 de mayo. El dirigente húngaro señaló que ante la negativa occidental a una disolución simultánea de los bloques militares, propuesta por el Pacto de Varsovia, los máximos dirigentes de los miembros de la alianza socialista, reunidos con el nuevo secretario general del PCUS, Mijail Gorbachov, tras los funerales de su antecesor, decidieron renovar el tratado, sin que se conozca el nuevo plazo de vigencia. Kadar calificó el encuentro de "muy positivo".
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