El Ayuntamiento no tramitará más licencias para abrir bares en Malasaña, plaza Mayor y Barquillo

MadridLas peticiones de licencias para abrir bares y cafeterías presentadas con fecha posterior al día 13 de marzo de este año en las zonas de Malasaña, Barquillo y plaza Mayor, no serán tramitadas, según una resolución del gabinete de dirección del Ayuntamiento de Madrid, aprobada a petición del presidente de la Junta de Distrito de Centro, que preside el socialista Miguel Lara.

La aplicación de esta medida restrictiva se debe al sensible aumento sufrido en este tipo de establecimientos en las citadas zonas. Ante este incremento, los técnicos de la junta municipal de distrito propusieron la aplicación de un decreto de 1966 por el que se autoriza la denegación de permisos municipales en caso de que se produzca una acumulación de locales del mismo tipo en una determinada zona.

La decisión municipal no afectará a todos aquellos industriales que en este momento estén tramitando sus licencias, aunque permite a los técnicos da la Junta Municipal de Centro, desde el pasado día 13, no admitir nuevas peticiones. Tampoco se verán afectados los que pretendan abrir restaurantes, discotecas y salas de espectáculos.

Zonas afectadas

Las zonas afectadas son las siguientes: el barrio de Malasaña, limitado por la calle San Bernardo, Carranza, glorieta de Bilbao, calle Fuencarral y Gran Vía, donde existen más de 200 establecimientos; la zona del barrio de Justicia limitada por las calles Génova, Salesas, Barquillo, Alcalá, Gran Vía y Hortaleza hasta la plaza de Santa Bárbara, y la manzana completa de la plaza Mayor donde se han contabilizado 123 bares.A estas zonas se podrían sumar otras cinco aunque ello está pendiente de los estudios que el gabinete de dirección ha encargado realizar la Gerencia Municipal de Urbanismo. Las zonas sobre las que se hará el estudio son las que tienen como ejes centrales las calles Huertas, Lavapiés, cuesta de Santo Domingo, Escalinata y Hernán Cortés.

De comprobarse que en estas zonas existe un número excesivo de establecimientos se adaptarían medidas, menos restrictivas que la prohibición absoluta de abrir nuevos bares y cafeterías, aunque encaminadas a limitar el aumento futuro de tales industrias. Entre ellas se baraja la de fijar una distancia mínima entre establecimientos abiertos. El período de aplicación de estas normas restrictivas es indefinido pues, según afirmó Lara, la decisión se mantendrá hasta que disminuya la congestión existente.