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Un informe sobre el piloto del avión de Bilbao anticipó el relevo del presidente de Iberia

La prevista dimisión del presidente de Iberia y Aviaco, Carlos Espinosa de los Monteros, se precipitó una vez que el Consejo de Administración del Instituto Nacional de Industria (INI) conoció el contenido de los informes internos de la compañía de bandera española sobre el piloto fallecido, comandante Patiño Según uno de los consejeros, de los citados documentos se desprende que el comandante Patiño -que se estrelló el pasado 19 de febrero en la maniobra de aproximación al aeropuerto bilbaíno de Sondica- debería haber necesitado "algo más que un curso de refresco para volver a volar".El Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a través de la Dirección General de Aviación Civil (cuyo titular, Pedro Tena, ha sido uno de los críticos sistemáticos del ex presidente de Iberia), sometió a la compañía a un agobiante marcaje tras el accidente de Sondica. Fruto de esta estrecha labor de inspección surgió el informe que esgrimió el subsecretario del Ministerio de Transportes, Gerardo Entrena, al final de la sesión del Consejo de Administración del INI y que a la postre desencadenaría el cese del entonces presidente de Iberia, Carlos Espinosa.

La Dirección de Operaciones de Iberia tenía en su poder varios expedientes que reflejaban la, a su parecer, forma irreflexiva de volar del comandante Patiño. Especialmente uno, calificado por un alto cargo del sector público como muy grave, que databa de hace año y medio. Sin embargo, el alcance de dichos informes parece que no llegó nunca a manos del presidente de Iberia Carlos Espinosa, ya que después del accidente de Sondica el propio Espinosa encargó un informe exhaustivo sobre el piloto de su compañía.

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Iberia tenía en su poder informes críticos sobre la forma de volar del piloto del accidente

Viene de la primera páginaEsta incomunicación entre la presidencia de la compañía y la Dirección de Operaciones de la misma fue el factor determinante a la hora de adoptar la decisión de cesar a Espinosa de los Monteros.

De todas formas, la conclusión a la que llegaron los inspectores de vuelo fue la de que el comandante Patiño debería haber pasado por un proceso de readaptación -a la vista de sus antecedentes-, tras su separación del servicio activo como consecuencia de su expulsión de la compañía tras la huelga de pilotos del pasado verano, mucho más completo que el simple curso de refresco".

El conocimiento de este hecho en el consejo de administración del pasado miércoles terminó por convencer a los dirigentes del Instituto Nacional de Industria de que los males de Iberia no se podían solucionar con un presidente -Carlos Espinosa- que era incapaz de controlar la compañía. Incapacidad que, según algunos consejeros, ya se había puesto de manifiesto a raiz de la convocatoria de huelga de los pilotos para los días 7 y 8 del pasado mes de enero.

La huelga de los pilotos

En aquella ocasión, el presidente de Iberia aseguró en una reunión en el INI, en la que también estaban presentes representantes del Ministerio de Transportes -era la primera vez que Iberia y el Ministerio de Transportes se sentaban juntos en la irnisma mesa en el transcurso del Último año y medio- que la huelga de pilotos "era inevitable". Según algunas personas que estuvieron presentes en aquella reunión, Carlos Espinosa sostenía que era una huelga política y que dado ese carácter resultaba imparable.

El entonces presidente de Iberia aseguró que el sindicato de pilotos (SEPLA) no aceptaría nunca el laudo y que los pilotos en ningún caso estarían dispuestos a aceptar sacrificios equiparables a los que se exigían a los demás colectivos de la compañía aérea.

Evitar un triunfo

Precisamente, a raiz de dicha reunión, surgieron las primeras presiones realmente fuertes para que se tomara la decisión de cesar a Espinosa de los Monteros. Sin embargo, y pese a que la presidencia del Instituto Nacionalde Industria tenía tomada la decisión desde el pasado mes de diciembre -Luis Carlos Croissier fue nombrado presidente del INI en octubre de 1984-, no accedió a las presiones para evitar que dicha decisión pudiera ser esgrimida por el SEPLA como un triunfo. Por otra parte, en aquellos momentos todavía no estaba consensuado el nombre del futuro presidente de la. compañía.

Para tomar la decisión de cesar al presidente de Iberia era imprescindible tener un recambio. La mala imagen, tanto interna como externa, de la compañía obligaba a no tomar una medida que descabezara la empresa justo en unos momentos en los que se estaba diseñando la estrategia para la temporada alta. Bloquear la capacidad de decisión de la empresa en esos momentos suponía jugarse aproximadamente el 60% de los ingresos de la compañía. Unos ingresos que en el pasado ejercicio se elevaron a algo más de 209.000 millones de pesetas.

En cualquier caso, el accidente aéreo de Sondica y el consenso sobre el nuevo presidente de la empresa, en la persona de Narcis Andreu, habían hecho que la decisión de cesar a Carlos Espinosa.de los Monteros fuera cuestión de días. El descubrimiento del contenido de los informes sobre el comandante Patiño aceleró en unos días una decisión que, no obstante, no quería tomarse sin que estuviera en España el presidente del Gobierno, Felipe González.

La decisión del cese de Espinosa, tomada el pasado miércoles, fue un tanto atípica. Por ello, diversos consejeros del Instituto Nacional de Industria (INI) han preferido guardar silencio sobre lo ocurrido. El periódico El Nuevo Lunes ha contado, con todo lujo de detalles, lo sucedido en la reunión del consejo de administración del INI.

La sesión transcurrió rutinaria hasta el capítulo de ruegos y preguntas.

Intervino entonces el subsecretario del Ministerio de Transportes, Gerardo Entrena, quien preguritó al presidente del Instituto Nacional de Industria, Luis Carlos Croissier si no pensaba cesar a Espinosa. Croissier responde: "No se preocupe el señor consejero, porque en nuestros planes está tomar una decisión al respecto".

Para Entrena, la decisión es inaplazable; el subsecretario cita dos informes de los inspectores de Iberia en el que se denuncian "irregularidades gravísimas en la forma de pilotar los aviones del comandarite Patiño, un estilo aventurero y temerario y un desentendimiento de las norinas establecidas para tan delicada función; unos informes que, en definitiva, deberían haber movido a cualquier presidente que atribuya, como es su obligación, la máxima prioridad a la seguridad de los vuelos, a tomar la decisión de apartarle del servicio en el acto, hasta que el hoy desgraciadamente muerto piloto hubiera dejado de ser un peligro para los pasajeros a su cargo y para su propia persona", según El Nuevo Lunes.

José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, corroboró en térniinos generales la anterior intervención. El consejo de administración del INI se cerró sin decisión alguna. Sin embargo, Croissier comentó a algún consejero la necesidad de cesar inmediatamente a Espinosa, pero que no se atrevía a tomar la decisión con el presidente del Gobierno, Felipe González, fuera del país, (González se encontraba en los funerales de Chemenko).

A partir de las doce del mediodía el tema comienza a trascender del consejo del INI a las más altas instancias del país. "En última instancia interviene el mismísimo vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra.

Consecuencia final, al filo de las tres de la tarde Luis Carlos Croissier hace localizar urgentemente a los consejeros del Instituto -casi todos ellos han tomado ya posiciones en distintos restaurantes ante diversos almuerzos de trabajo- y hasta allí les persigue Croissier para pedirles su aquiescencia para la decisión de cesar a Espinosa", según el periódico.

EL PAÍS ya publicó el pasado viernes que la razón de fondo del cese de Espinosa hay que encontrarla en el entorno del último accidente que tuvo un avión de la compañía al ir a aterrizar en el aeropuerto bilbaino de Sondica.

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