El Vaticano espera un desbloqueo de las relaciones con Moscú
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
La desaparición del anciano y enfermo Konstantín Chernenko y la llegada del joven y vigoroso Mijail Gorbachov no dejará de acarrear importantes novedades en las relaciones, hasta ahora difíciles y de algún modo bloqueadas, entre el Vaticano y la Unión Soviética.Hasta ahora, Juan Pablo II se había visto un poco constreñido a una política de espera frente a la parálisis de Moscú, pero ya no hay nada que esperar ni aplazar. La URSS ha pasado la página. Al frente del gran imperio soviético está un personaje 10 años más joven que el papa Wojtyla, aunque prácticamente de su generación. Varios problemas candentes tendrán que encontrar solución. Por ejemplo, el caso Polonia, pendiente de un concordato y de restablecer relaciones diplomáticas. Pero también la misma URSS.
Como es sabido, el Vaticano tiene gran interés en poner el pie en aquel país, donde no se sabe ni cuántos verdaderos católicos hay en este momento, ni cuál es la acción clandestina de algunos sacerdotes disidentes, ni cuál el margen que Moscú está dispuesto a conceder a la Santa Sede para poder empezar a crear una jerarquía en algunos puntos cruciales.
El papa Wojtyla quiere ir a L¡tuania; le gustaría también ir a Moscú. Y es un Papa que no cede en sus intentos. Para ello tendrá ciertamente que pagar un precio, pero la cuenta ahora la tiene que preparar el hombre nuevo del Kremlin, quien tendrá que negociarla con un Papa polaco.
Resulta aún más importante el reciente encuentro en el Vaticano entre Andrei Gromiko y Juan Pablo II. Porque no se puede ignorar que ha sido Gromiko quien ha presentado y defendido la candidatura de Gorbachov, quien, al mismo tiempo, si quiere dar una nueva imagen más vital y abierta de la URSS en el mundo, no podrá ignorar la fuerza moral del Vaticano, sobre todo en los grandes problemas de la paz y del desarme, y la popularidad que en este campo goza el carismático Karol Wojtyla, que dijo a un íntimo amigo suyo, a su llegada al Vaticano: "Ahora ya no habrá en estos palacios el complejo ruso". Quería decir que había llegado a la cátedra de Pedro un Papa que conocía mejor que sus antecesores lo que es la URSS y lo que implica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.