'V', una película ultra
Tras leer la carta que el señor Eduardo H. Zaramela publicó en su periódico el 5 de marzo de 1985, no puedo dejar de mostrar mi disconformidad frente a las manifestaciones que hace en ella.La serie V que emite televisión todos los sábados es el reducto último de los lavados de cerebro televisivos de EE UU: por si era poco, con el ultraderechista Mike Hammer los domingos, tenemos el día antes a esos gloriosos patriotas que defienden su país al estilo Amanecer rojo.
Como en toda época de crisis, las fobias sociales se manifiestan al exterior de mil amores, y hoy, en la década de los ochenta, nos vuelven a invadir las series de extraterrestres, tan famosas allá por los cincuenta. ¿Casualidad? El propio señor Zaramela dice que lo importante es la acción y la diversión, pero ¿qué hay detrás? Una historia de buenos (los sufridos yanquis) y malos (los despóticos visitantes), en la que los buenos tienen a Dios a su favor, según se manifestó en el segundo capítulo, y su insignia es la V, casualmente el símbolo yanqui de la victoria internacionalmente conocido (y digo casualmente).
Siento mucho que el señor Zaramela no establezca el paralelismo absolutamente claro existente entre esta invasión y el temor americano al potencial soviético, aunque, claro está, ante todo, "entretenimiento y emoción".
No me extenderé más, pero querría hacer notar algunos rasgos secundarios, como los nombres bíblicos de algunos protagonistas, las imágenes en ralentí cuandos los buenos sufren, los garrafales fallos del guión, etcétera.
En cuanto a dedicar la serie a la resistencia mundial, me parece, más
Pasa a la página 12 Viene de la página 11 que nada, una payasada, una frase vacía que queda muy bonita, pero que no convence en absoluto.- Eduardo Guillot Hevia.
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