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Jornada electoral en Europa

Progresista, orador brillante, enemigo de la OTAN

Oskar Lafontaine, el alcalde socialdemócrata (SPD) de Saarbrücken, de 41 años, ha conseguido por primera vez en la historia de la República Federal de Alemania derrotar en las urnas a un Gobierno en el poder y lograr un cambio de mayoría parlamentaria sin necesidad de recurrir a una coalición con otro partido. Con la mayoría absoluta de escaños en el Parlamento regional (Landtag), la socialdemocracia (SPD) consigue por primera vez gobernar en el Sarre.El éxito es un triunfo personal de Lafontaine, un hombre del ala izquierda del SPI), partidario de que la RFA abandone la estructura miltiar de la OTAN y defensor de un ecosocialismo que tenga en cuenta no sólo la explotación del hombre, sino también la de la naturaleza.

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Los socialdemócratas de la RFA consiguen la mayoría absoluta en el Sarre

De pequeña estatura, con cara redonda y sonrosada, Lafontaine estudió en un internado católico con una beca del obispado. Tiene un aspecto insignificante, pero cuando sube a un podio se transforma y se convierte en un tribuno, capaz de entusiasmar al auditorio con su retórica brillante y su capacidad demagógica. El futuro presidente del Sarre es físico y el ex canciller Helmut Schmidt dijo un día en el que "habla de cosas muy complicadas".

Lafontaine consiguió, no obstante, sintonizar con los electores de una región en crisis industrial y también transmitir su mensaje a las nuevas generaciones, que en otros Estados de la República Federal de Alemania votaron a los verdes.

Con su decidida posición contra los misiles atómicos de la OTAN y defensa de la ecología, Lafontaine consiguió, en el Sarre, por primera vez en los últimos años en la República Federal de Alemania, arrebatar el terreno a los ecopacifistas y recuperar la confianza del electorado en una socialdemocracia que se presenta con rostro progresista.

Dentro del SPD, Lafontaine representa el ala izquierda del partido y hace años tuvo un fuerte enfrentamiento con el entonces canciller Schmidt. Lafontaine declaró que las virtudes que encarnaban Schinidt -puntualidad, orden, laboriosidad- son secundarias ya que pueden servir "tanto para hacer una labor positiva, como para dirigir un campo de concentración". En su libro Miedo a los amigos, Lafontaine afirma que las grandes potencias destruyen las alianzas y denuncia el peligro de una "guerra atómica por error".

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