El asesinato de Díaz Arcocha
Navarra Hoy
La violencia se cobró ayer una víctima más en la persona del superintendente de la policía autónoma vasca, el teniente coronel Juan Carlos Díaz Arcocha, un bilbaíno cuya familia vivía actualmente en San Sebastián. Murió desangrado ayer en Vitoria a unos dos kilómetros de su lugar de trabajo, en la Academia de la Policía Autónoma, al explotar una bomba de mediana potencia cuando intentaba poner su coche en marcha. No ha sido un asesinato más, aunque la muerte violenta sea igual de cruel e irracional.Nunca está de más el preguntarse cómo los terroristas pueden seguir ciegos ante las exigencias y deseos de la sociedad que cada día rechaza más aún si cabe todo tipo de acción violenta. La sociedad vasca, todo Euskalherria y el Estado han repudiado con toda clase de adjetivos e indignación este asesinato de ayer en Vitoria.
El asesinato de Vitoria ha sido un atentado contra la libertad, contra la sociedad, contra el Ejército, contra la autonomía, contra el Estado..., contra el principio más querido por todo ser humano: la vida. Cuando pequeños grupos se dedican a matar por matar, mantienen su obsesión de venganza pese a quien pese, están empeñados en defender su sinrazón, viven ebrios de violencia, actúan por la sinley de las armas y de la violencia, con la locura del odio y la amargura de la clandestinidad, etcétera, parece imposible el poder alcanzar la paz y la convivencia. (...)
Que se van ganando espacios importantes en la lucha contra la violencia terrorista es verdad. Hay que ser realista. La policía autónoma vasca ha sido un cuerpo al que los terroristas no se habían atrevido a atacar hasta ayer. La Ertzantza es un logro autonómico respaldado por la sociedad, y cuando ha sido atacado abiertamente por la violencia es que los terroristas se ven acorralados y se van quedando totalmente al descubierto en sus intereses y en sus maldeclarados principios.
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