Gran arte de 'videoclip'

La base son cuatro cuerpos atléticos -dos hombres y dos mujeres- en los que el músculo tenso no deforma la belleza escultórica. Sobre ellos hay una enorme inteligencia coreográfica, un fino sentido del humor y de la belleza y una utilización sorprendente y exacta de las técnicas auxiliares: sobre todo, de la luz.Podría decirse que entroncan con la cultura del videoclip: es decir, que han incorporado al teatro directo los hallazgos de fundidos, descomposición de movimientos, difuminación, mezcla de imágenes, que parecían una exclusiva de enfático ojo del vídeo.

Sabiduría

No desdeñan lo permanente: hay una sabiduría de mimos, un arrastre de algunas técnicas orientales del movimiento, una utilización de las sombras chinescas. Juegan con objetos simples -varillas, juncos- que adquieren personalidad propia.

A veces hay puntos narrativos o imitación de personajes; pero siempre son pretextos para la exhibición continua de una plástica nueva y original. Y siempre, entre sonidos y luces, entre idiomas inventados y pasos de danza recordados, están los cuatro cuerpos dúctiles, construyendo y destruyendo figuras, creando belleza.

Asombra esta capacidd de incorporar una estética moderna y de inventar dentro de ella. El sentido del humor, el fino escepticismo, la ironía sobre sí mismo, parece constituir uno de los elementos de nuestro tiempo, imperando sobre el destino trágico que inventó el arte próximo pasado: es esta filosofía la que se desprende de las invenciones del Momix Dance Theatre. Que se le quiere llamar a este espectáculo ballet, danza, mímica, o como parezca, es un problema secundario.

La originalidad del grupo sobrepasa la clasificación, y despertó el largo, inagotable entusiasmo del público que asistió a esta nueva sesión del Festival Internacional de Teatro de Madrid.