El 23-F, en la comisaría de San Sebastián

B. DE LA C. Cuando Jesús Martínez Torres fue propuesto para ocupar el cargo de comisario jefe de la Brigada Central de Información, la Administración socialista investigó en torno a un rumor que había circulado en medios jurídicos 3, políticos vascos sobre un supuesto brindis por los golpistas del 23-F celebrado en la noche del 23 de febrero de 1981 en la comisaría de San Sebastián.

Según diversos relatos de lo ocurrido, tras producirse la intentona golpista, se dio, orden de que nadie abandonara la comisaría. Esto originó que las existencias del bar fueran agotadas e incluso que ¿le las bebidas más suaves se pasara a las un poco más fuertes. En la comisaría se bebió y se fumó mucho, como en tantos otros lugares del país, en la espera ante la incertidumbre de lo que estaba ocurriendo en el palacio del Congreso.

Algunos de los cargos socialistas que trataron, sin éxito, confirmar de forma categórica si se produjo o no el famoso brindis, se enteraron, sin embargo, de que, en un momento determinado de aquella noche, en el despacho del comisario jefe, en presencia de siete u ocho personas, alguien planteó que en ese momento no se sabía bien cuál era el Gobierno de la nación. Jesús Martínez Torres no despejó la duda ni recriminó o exigió responsabilidades a quien la planteó.

En cambio, según la comprobación realizada por los citados cargos del PSOE, un policía, Antonio Pascual, al que algunos de sus compañeros llamaban Blancanieves y que hoy ocupa el cargo de Jefe Superior de Policía de Pamplona, intervino Para dejar claro que, al menos para él, estaba claro quien era el Gobierno legítimo de la Nación: el que se encontraba bajo las armas de los asaltantes al Congreso.

Algunas agrupaciones del PSOE han expresado su protesta ante el hecho de que una persona de dudosas convicciones democráticas tenga, entre otras altas responsabilidades, la de decidir sobre el ascenso de la escala de mando, desde su puesto de miembro del tribunal del correspondiente concurso oposición, según orden del 11 de octubre de 1984.