El elevado tipo de cambio del dólar fuerza la salida al exterior de una parte del ahorro interno español
La economía española, lo mismo que las de la mayor parte del resto de países industrializados o en desarrollo, exportará capitales a lo largo de 1985 mediante amortización anticipada de una parte de su deuda exterior, en contraposición a lo que ha venido siendo tradicional en los últimos años. Las previsiones que sobre la evolución de la balanza por cuenta corriente, e incluso de la balanza de pagos, se realizan en la actualidad no logran alcanzar un acuerdo sobre el volumen del superávit final.
Para el Ministerio de Economía Hacienda parece factible alcanzar un superávit de cerca de 3.000 millones de dólares (570.000 millones de pesetas) en cuenta corriente, mientras que el Banco de España apostaría por una cifra cercana a la mitad, aunque se viene revisando al alza y prácticamente se apuesta ya por los 2.000 millones de dólares.El año pasado la balanza por cuenta corriente de la economía española cerró con un superávit de 2.000 millones de dólares, lo que no ocurría desde hacía muchos años. Para el ejercicio actual todas las previsiones aceptaban el mantenimiento de un superávit, aunque inicialmente se pensaba que sería menor. Para ello se establecían como supuestos de partida que el tipo de cambio del dólar frente a las monedas europeas, en especial el marco alemán, no sufriría importantes variaciones a lo largo de 1985 aparte de las ya alcanzadas en los casi dos meses transcurridos, y que la peseta seguiría también este camino. Por otra parte, se estimaba que el crecimiento de los mercados de exportaciones españolas durante este año se situaría en torno al 6,5% en relación a los niveles del año pasado. No obstante, los últimos datos de crecimiento de Estados Unidos, con un 5% en el último trimestre -lo que eleva las previsiones en algunos puntos-, y la recuperación de las economías de Europa occidental parece que dejan ese 6,5%. como un porcentaje muy conservador.
Crecimiento del 2,5%
Por lo que se refiere a la economía española, se consideraba posible un crecimiento del producto interior bruto del 2,5% en términos reales y una tasa de inflación del 7,5% a lo largo del año. Al tiempo, se estimaba que el aumento de los ingresos reales por turismo durante este año sería del 1%, cifra bastante más baja que el año pasado. Los precios de importación de los productos energéticos subirían en torno al 6%, en pesetas, mientras que los energéticos lo harían algo más del 5%. Los precios totales de productos importados subirían el 5,5%, lo que representará un punto en la tasa de inflación interna para 1985. Por su parte, los precios de las exportaciones subirían en torno al 8,5%.Con todos estos datos, las previsiones iniciales establecían que el déficit de la balanza comercial -4.000 millones de dólaressería ligeramente superior al del año pasado y que los ingresos y pagos en dólares serían menores que en 1984; que la balanza de servicios, que incluye turismo, rentas de inversión y otros, presentará un saldo positivo algo menor que en 1984 -en torno a los 5.000 millones de dólares-, y que la balanza de transferencias también presentaría un cierto deterioro, situándose en 700 millones de dólares de superávit. Estas cuentas darían un superávit por cuenta corriente, suma de las anteriores, por encima de los 1.500 millones de dólares.
No obstante, dada la evolución del tipo de cambio de la peseta y el reconocimiento de que algunos aspectos, como el turismo u otros servicios, pueden estar calculados por defecto, se empieza a considerar como factible que el superávit final alcance los 2.000 millones de dólares.
Con este perfil de ingresos por cuenta corriente, y ante la creencia de que el dólar seguirá subiendo, durante 1985 se va a conocer una situación paradójica: la economía española, necesitada de una parte del ahorro externo para financiar inversiones en el interior y para equilibrar sus cuentas con el exterior, va a amortizar anticipadamente parte de su deuda externa con el ahorro interno y va a pasar a exportar capital en lugar de importarlo.
El Tesoro tiene la intención de amortizar anticipadamente parte de su deuda externa recurriendo, utilizando reservas por valor de 7 millones de dólares; el Instituto de Crédito Oficial va a hacer lo mismo por unos 80 millones de dólares. Las empresas privadas, especialmente las eléctricas, tienen planes acelerados de reconversión de su deuda externa en interna para cubrirse del tipo de cambio. Durante los próximos meses el nivel de reservas de divisas empezará a descender porque el superávit por cuenta corriente no será capaz de anular el efecto de la salida de divisas como consecuencia del pago anticipado de créditos y préstamos.
Esta nueva situación hace que las previsiones sobre el cierre de la balanza de pagos, que inicialmente establecían un incremento de reservas en 1985 superior a los 2.500 millones de dólares, se reduzcan en la actualidad a poco más de 500 millones.
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