El músculo duerme, la ambición descansa
El mercado ha entrado en una fase de calma que se refleja en la mínima evolución del índice general -que ayer perdió dos simbólicas centésimas-, en lo que parece ser un respiro antes de zambullirse de lleno en la vorágine de la próxima semana, marcada por el inicio de la ampliación de Telefónica.Esa especie de apatía se viene plasmando en el descenso de la contratación diaria -el martes se superaron sólo ligeramente los 2.000 millones de pesetas efectivas, 300 millones menos que la jornada anterior-, mientras que las compras a crédito también flexionan negativamente, por debajo de los 100 millones efectivos.
Algunos operadores continúan criticando la postura de la Junta Sindical de no rebajar el recargo por los diferimientos, justo en unos momentos en que el coste del dinero desciende a todos los niveles. Esta política, a su juicio, está entorpeciendo la realización de este tipo de operaciones e influye negativamente en la que se considera imparable tendencia alcista de la bolsa.
Paralelamente, aumentan significativamente las ventas a crédito, que habían desaparecido del panorama desde hacía bastante tiempo. El martes se efectuaron 57,4 millones de pesetas efectivas, dirigidas a Petróleos (34,7 millones), Fecsa (7,2), Unión-Fenosa (3,2), Dragados (3,9), Iberduero (2,5), Sevillana (1,6), Azucarera (1,1), Aragonesas (1,3), Explosivos (0,94) y Tubacex (0,66).
Se está originando, pues, cierto sentimiento de descenso que afecta al sector eléctrico. Los operadores que actúan de esta forma basan sus previsiones en la revalorización del dólar, lo que repercute negativamente en aquellas empresas que tienen fuertes niveles de endeudamiento en esta divisa, al tiempo que se han visto influenciados por la polémica sobre flexibilización de dividendos.
No parece muy previsible, sin embargo, que estos valores se vean más afectados ahora que hace algunos meses por el endeudamiento, ya que se han puesto en marcha planes de reordenación de la deuda, transformándola de divisas a pesetas, aunque que la mayor libertad de derramas podría quedar en agua de borrajas, a tenor de las últimas informaciones que circulan por ahí.
Dentro de este clima relativamente positivo hay que encuadrar la decisión gubernamental de eliminar de los coeficientes de fondos públicos computables de las cajas de ahorro las emisiones de renta fija de Telefónica y compañías eléctricas, que podría demostrar cierta confianza oficial en que estas empresas podrán financiarse en el mercado privado sin mayores problemas.
El corro bancario, por su parte, ha vuelto a perder el leve impulso y ayer el saldo por caja de los siete grandes registraba 600 títulos a la venta, aunque el índice parcial no registrara oscilación alguna. Pero el dinero que coyunturalmente había abandonado las eléctricas para situarse en los bancos parece inclinado a retornar a sus antiguos lares, sin que estas entidades terminen de atraer el interés de los operadores. El Central, por su parte, pagó un dividendo de 36,90 pesetas netas a cuenta del ejercicio, de las que recuperó 2,38 enteros. Minas de Tormaleo también repartió ayer un dividendo de 63 pesetas netas, aunque la acción no llegó a cotizar, al fijar posición dinero a 280.
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