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La fiesta vence a la política en el carnaval del Brásil democrático

La fiesta vence a la política en el primer carnaval de la democracia en Río de Janeiro, tras 21 años de régimen militar. Es la hora de la samba nostáigica en el Brasil de la edad dorada, cuando las abuelas escondían sus ahorros debajo del colchón. En Uruguay, en cambio el carnaval es también la celebración del fin de la dictadura castrense y de la reconquista de la democracia, expresada libremente y sin censura por primera vez en casi 12 años.

Los brasileños, en su casi totalidad, interrumpieron el trabajo el pasado viernes y nolo reanudarán hasta mañana. Es el paréntesis impuesto por la gran locura del carnaval. Sólo en Río de Janeiro 40.000 bailarines de las escuelas de samba desfilan ante centenares de miles de espectadores de todo el munido. Las ciudad está vigilada día, y noche por más de 30.000 policías.La samba -para los brasileños el nombre de esta danza pertenece al género rriasculinoserá todo un himno al Brasil del pasado vivido por los cariocas (habitantes de Río de Janeiro) como un oasis de felicidad con relación a los problemas de la vida cotidiana, marcada por una inflación de tres dígitos en el país que cuenta con una deuda externa de 100.000 inillones de dólares (unos 18 billones de pesetas), la mayor del inundo.

El futuro político de Brasil cuando sólo falta un mes para que asuma la presidencia de la República Tancredo Neves, no apasiona a las multitudes, que prefieren cantar los grandes momentos del pasado, cuando la vida era más fácil.

Los temas favoritos de las imágenes, carrozas y cancione de los desfiles festivos se refieren a la época en la que la gasolina era barata, la leche no estaba mezclada con agua o el equipo de fútbol de Brasil era campeón del mundo.

Y no faltan los elogios de la virginidad, mientras se critica a esas muchachas que "pronto llevarán las nalgas al aire", precisamente cuando en las playas de Ipanema o Copacabana, el tanga se reduce progresivamente a su más mínima expresión.

En Uruguay, por contraste, la democracia y la reconquista de las libertades han sido el tema preferido por los conjuntos que participan en las celebraciones del carnaval uruguayo, que por primera vez en 12 años se han visto libres de la censura política.

Las frases "se acabó la dictadura militar", "si esto no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?" y otras casi insultantes, contra el anterior presidente uruguayo, general Gregorilo Álvarez, han dominado las concentraciones populares.

Los disfraces con cadenas rotas, figuras que representan la estatua de la Libertad y efigies del presidente electo, Julio María Sanguinetti, abundan durante estas fiestas, mientras en las canciones predominan los temas políticos, como la recuperación de la democracia, la derrota del régimen militar y la desaparición de la censura.

Otro de los rasgos destacados de estas fiestas sin censura política ha sido la discreta presencia de las fuerzas de seguridad, que recibieron orden de intervenír sólo en el caso de que se produjesen peleas o robos. La ausencia de disturbios facilitó esta nueva acitud policial.

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