Héctor Berlioz, explicado por Jesús López Cobos

Orquesta y Coro NacionalesSinfonía fantástica y Lelio o el retorno a la vida. Narrador: Rafael Taibo. Solistas: John Mitchinson, tenor, y John Shirley-Quirck, tenor. Director: Jesús López Cobos.

Teatro Real, 8, 9 y 10 de febrero.

Un director estable revela en su criterio de programación una primera medida de categoría. Esta semana tenemos una prueba concluyente. López Cobos ha unido dos obras de Berlioz que el compositor quiso siempre unidas. Más aún, después de crear la Sinfonía fantástica, concibe el melólogo titulado Lelio o el retorno a la vida, en el que lo autobiográfico y lo dramático se objetivan a través de un texto escrito por el propio compositor.

Quizá a la altura de la eclosión romántica francesa, signada por la batalla del Hernani, en 1830, no hubo compositor que se identificara tan exactamente con las nuevas tendencias como Berlioz. Tanto se identificó que, de manera implícita en la Fantástica, del mismo año que el Hernani, o explícita en el melólogo (1832), Berlioz reduce a unidad letras y pentagramas.

Utilizando una forma de vieja raigambre como es el melólogo consigue Berlioz una pieza original, de gran aliento dramático fuerte y sutil cohesión y raro poder de fascinación. Se ha dicho, y es cierto, que Lelio explica la Sinfonía fantástica gracias a la simplificación de unos procedimientos, no por ello menos originales.

Cuando la historia nos ha dicho todo lo que fue capaz de anticipar el músico francés resulta fácil admirar su creatividad como todas las definitivamente geniales, capaz de resumir grandes períodos evolutivos de la cultura desde una manera de sentir que está ya en Shakespeare y que perdura en Schönberg, todavía autor de un melólogo, el genial Erwartung (La espera). Pero lo decisivo es la real y profunda presencia en la obra de Berlioz de sus contemporáneos, algunos de los cuales, como Dumas, Hugo o Paganini, asistieron al estreno de París, dirigido por Habaneck, no lejos de la inspiradora de ambas obras, sinfonía y melólogo, la actriz Harriett Smithson. Todos abrazaron al autor.

Tal misión le ha correspondí do, en esta ocasión, a Rafael Taibo, un primerísimo hombre de radio que lleva dentro un excelente trágico, un artista capaz de asumir lo que interpreta. Taibo supo identificarse minuciosamente con el criterio de López Cobos.

Es curiosa la particular idoneidad de nuestras batutas para Berlioz. Como Argenta, López Cobos sabe encrespar e idealizar el complejo mundo de la Fantástica y su prolongación en Lelio. Quizá tengan las invenciones del músico francés algo de esperpénticas, y esa vía está siempre abierta a la libre circulación de un pensamiento español. Más si se trata de un pensamiento culto que se formó como humanista, con lo que sabe no sólo situar, sino ampliar los horizontes de sus más secretas intuiciones.

El tenor Mitchinson y el barítono Shirley-Quirk llevan el elogio con sus nombres, y el Coro Nacional, del que responden Sabas Calvillo y Tomás Cabrera, se comportó del mejor modo, en actitud de plena integración con una ONE que, en general, volvió por sus mejores fueros.