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Reportaje:EL CONTROL EXTERNO DE LAS EMPRESAS

Los negocios paralelos y la independencia del informe

Los ingresos obtenidos por los informes de auditoría realizados por las firmas que operan en España representan en algunos casos sólo una parte pequeña del total de ingresos de esa sociedad. Ocurre que en numerosas ocasiones las empresas auditoras proporcionan otros servicios a las entidades para las que trabajan y que, al final, su cifra de negocios final depende excesivamente del mantenimiento de un cliente determinado entre sus fieles. El crecimiento experimentado por las firmas de auditoría en los últimos años ha venido de la mano de las presiones de las autoridades por conseguir que toda sociedad anónima de cierto peso se sometiera a un análisis externo y por el aumento de los servicios, distintos de los propiamente de auditoría, que estas firmas han ido proponiendo a sus clientes.El exceso de clientes y la diversificación han provocado, en opinión de algunos responsables económicos, un nivel en los informes inferior al que deberían tener. Esto es lo que tratan de corregir ahora con la uniformización de los análisis e informes. En otros países, cuya práctica de realizar auditorías externas es anterior a la española, existen diversos controles objetivos para lograr que las auditoras y sus clientes no lleguen a formar un único cuerpo que desvirtúe la funcionalidad de las primeras.

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De esta forma, se ponen límites para que una sociedad anónima o un grupo representen una cifra de ingresos para una auditora superior a un porcentaje -que varía segun los países- determinado sobre el total de ingresos de dicha firma auditora. En otros casos se establece que las empresas que se someten a análisis externos deben cambiar de firma auditora cada cierto tiempo para impedir posibles vínculos que viciarían los objetivos que se persiguen con dichos estudios.

En otras ocasiones se estipula que aquellas firmas que auditan a sociedades anónimas no deben proporcionar otro tipo de servicios, como análisis, reorganización y toda la gama que pueden llegar a prestar, de forma que se limite su acción a auditar los estados económico-financieros de unas sociedades y dar otros servicios a otras distintas. Estos criterios restrictivos a la concentración de la actividad de una empresa de técnicos cualificados tiene como objetivo preservar la independencia ante unos clientes que, en algunos casos, pueden llegar a suponer una parte tan importante de sus ingresos que pudieran caer dentro de su esfera de influencia.

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