Los bancos extranjeros se suman a la baja de tipos de interés preferenciales
Los bancos extranjeros, que conceden sus préstamos a clientes con la referencia del tipo de interés preferencial, empiezan a comunicar al Banco de España la modificación de dichos tipos indicativos para ponerse en línea con los grandes bancos nacionales, que el jueves decidieron, unilateralmente, volver a reducirlos por tercera vez consecutiva en siete meses.Las instituciones financieras que operan en España conceden la mayor parte de sus créditos y préstamos utilizando como referencia el precio del dinero en el mercado interbancario o mediante la fijación de un tipo de interés preferencial con las mismas características que el de los grandes bancos nacionales. Aquellas instituciones que prestan dinero sobre el precio del interbancario, más un diferencial que garantice su obtención de beneficios en estas operaciones, modifican los tipos reales a que prestan en la misma medida que varía el precio que a ellos les cuesta obtener los recursos en dicho mercado. Esta suele ser la práctica habitual de los bancos europeos.
El resto de bancos extranjeros, especialmente los de Estados Unidos, publican unos tipos de interés prefereniales que suelen ser más estables y que vienen a acomodarse a las fluctuaciones generales, más que a la mera evolución del mercado interbancario. Son estas instituciones las que empiezan a mandar cartas al Banco de España notificando que rebajan el tipo de interés preferencial para dejarlo en línea con el aplicado a partir de ayer por los grandes bancos nacionales, a excepción del Hispano Americano que no ha tomado ninguna decisión al respecto.
Seguir la inflación
La decisión de los grandes bancos nacionales, iniciada por el Central, de rebajar el precio de sus préstamos preferenciales responde a la atonía de la demanda de crédito del sector privado, que no acaba de relanzarse más que en determinados sectores industriales, y a la reducción de la tasa de inflación que ha tenido lugar en los últimos meses.Los bancos no han hecho otra cosa, en definitiva, que reducir el precio nominal de sus préstamos de tal forma que el tipo real -diferencia entre el precio nominal y la tasa de inflación- permanezca prácticamente igual que en los meses anteriores. En la misma medida que baja la inflación lo hace el precio del dinero para que la rentabilidad real siga siendo la misma. Al no existir presiones exteriores sobre la peseta, fuera de las que genera la propia ascensión del dólar, es de esperar que en los próximos meses, una vez que se acentúe el frenazo en la elevación de precios, el coste del dinero siga esa misma tendencia.
En las próximas semanas la retribución de los depósitos de los ahorradores privados en las instituciones financieras deberán sufrir un nuevo recorte que reequilibre de nuevo la situación tras la baja decidida para las operaciones activas de la mayor parte de los bancos privados.
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