Tierno se somete mañana a un operación quirúrgica para extirpar un tumor benigno del colon
Enrique Tierno, alcalde de Madrid, ingresó ayer a las 22.40 en la clínica Ruber para someterse mañana, fecha en que cumple 67 años, a una extirpación de un pólipo de colon, que practicará, por deseo del paciente, Dionisio Ballesteros, médico de la Beneficencia Municipal. Tierno, sonriente y relajado, dijo al llegar a la clínica: "Lo mismo me da leer aquí que en casa, aunque echaré en falta a la familia". La serenidad que mostró el alcalde durante todo el día contrastaba con el clima de pesimismo entre otros corporativos, que no ocultaron su temor a que el alcalde sufra una enfermedad grave.
La intervención a que se someterá el alcalde consiste, según informó ayer oficialmente el Ayuntamiento, en la extirpación de varios divertículos en el intestino y un pólipo en el colon, para evitar la posibilidad de que se produzca una obstrucción intestina o una peritonitis. Los diverticulos son bolsas o pequeñas hernias de la mucosa, de grosor variable entre el tamaño de un guisante y una nuez. Pólipo es la denominación que se da en el lenguaje médico a un tumor, en general benigno, que puede aparecer en la mayoría de las mucosas.Tierno comunicó personal mente la noticia de su enferme dad a Juan Barranco, primer teniente de alcalde, el pasado lunes. El alcalde, que había sufrido en las últimas semanas fuertes dolores intestinales y se había sometido a diversos análisis pruebas clínicas, pidió al teniente de alcalde máxima discrección y le indicó que aún no había comunicado la noticia a su esposa Encarnación Pérez. Barranco, que ayer se mostró serio y preocupado, consiguió retener la noticia sólo durante 24 horas.
El mismo lunes, Tierno comunicó su dolencia y la necesidad de someterse a una intervención quirúrgica al presidente del Gobierno, Felipe González, y al de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. Juan Barranco ocupará la presidencia de la corporación en funciones mientras el alcalde permanezca en la clínica. El hecho de que el alcalde haya reservado la noticia de su enfermedad hasta el último momento contribuyó a acentuar en medios del Ayuntamiento el temor a que pueda tratarse, en realidad, de una dolencia grave.
El alcalde acudió ayer a su despacho como todos los días y presidió la reunión del equipo de gobierno, pero el viejo profesor no quiso comparecer en la habitual conferencia de prensa y pidió que se respetara su intimidad.
Tierno será intervenido por el doctor Dionisio Ballesteros, cirujano del hospital Primero de Octubre y de la beneficencia municipal y antiguo director del servicios de salud del Ayuntamiento.
El alcalde llegó a la clínica Ruber, en el paseo de Juan Bravo, a las 22,40 horas, en un coche oficial blanco. Le acompañaban su esposa, Encarnación Pérez, y el hijo de ambos. Tierno charló unos instantes con los periodistas que le esperaban, pidió disculpas por su retraso, ya que en principio se le esperaba en el centro médico entre las ocho y las nueve de la tarde y explicó que había tenido que tomar un medicamento a las 10, antes de salir de su docimicilio.
El alcalde, sonriente y completamente relajado, declaró que se sometía a una operación sobre la que "sé lo mismo que ustedes", aunque resulta inexcusable "por que hay que obedecer a la ciencia" y podía llegar a producirse una oclusión completa del intestino. "Me da lo mismo leer aquí que en mi casa, aunque echaré en falta la compañía de mi familia", aseguró el alcalde, que llevaba bajo el brazo dos libros, uno en lengua inglesa. "Me han dicho los médicos que en 10 o 15 días estaré fuera", añadió, "aunque no estoy seguro de llegar a tiempo para los carnavales". Tierno elogió la eficiencia y coordinación de sus compañeros de corporación y dedicó un elogio especial a Juan Barranco, "hombre valioso y eficaz".
"Mi estado de ánimo es normal y procuraré mantenerlo durante la convalecencia", había declarado por la mañana el alcalde, poco antes de suspender sus actividades oficiales, entre las que se encontraba la inauguración de la feria de turismo Fitur 85, que ayer presidió el rey Juan Carlos.
Tierno había explicado su deseo de ser intervenido quirúrgicamente por médicos del cuadro de la beneficencia municipal. "Estoy orgulloso del cuerpo de médicos del Ayuntamiento y no sería lógico que me pusiera en otras manos".
Juan Barranco eludió ayer pronunciarse sobre la enfermedad del alcalde y su posible relación con un tumor de colon. "No lo saben ni los médicos. Estas cosas", dijo, "no se saben hasta que uno se mete en el quirófano". Barranco dijo que nadie podía esperar que Tierno padezca una enfermedad. "El pasado viernes fuimos juntos al concierto del Teatro Real para escuchar a la orquesta de Chicago y luego cenamos. De vuelta a casa, mi esposa y yo comentábamos en el automóvil la resistencia del alcalde".
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