Felipe González rechaza que las elecciones legislativas vayan a coincidir con las andaluzas

El presidente del Gobierno, Felipe González, sugirió ayer que las elecciones autonómicas andanzas, que tendrán lugar probablemente en los meses de junio o julio de 1986, no se harán coincidir con las legislativas, por lo que éstas deberán celebrarse en octubre de ese año, agotando por completo la actual legislatura. González, que ayer se entrevistó con el jefe de la oposición conservadora, Manuel Fraga, rehusó precisar una fecha concreta para la convocatoria del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

La polémica en torno al calendario político que pueda manejar el Gobierno, después de haberse conocido que la Xunta de Galicia podría convocar las elecciones autonómicas en diciembre, y no en octubre como se pensaba comúnmente hasta ahora, continuó ayer presidiendo las conversaciones que Felipe, González mantiene estos días con otros líderes políticos en busca de un consenso sobre política exterior -el lunes concluye esta segunda y última ronda con la ida a Moncloa del PCE, CDS, Euskadiko Ezkerra y Esquerra de Catalunya-. Ayer, el presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, reiteró que el referéndum, principal punto de controversia en estas conversaciones, "es innecesario".Sin embargo, el dirigente conservador -que se mostró conciliador en sus manifestaciones- pareció no descartar que el consenso entre su grupo y los socialistas pudiera ser viable aun cuando el Gobierno lleve adelante sus planes de convocar la consulta popular y mantenga al país fuera del ala militar de la OTAN.

"Exigimos", afirmó Fraga, "que ni la pregunta ni las consecuencias del referéndum lleven a que otro Gobierno posterior no pueda realizar la integración de España en la organización militar de la Alianza, y en ese tema, evidentemente, hay acuerdo".

El jueves, Miquel Roca, portavoz de la Minoría Catalana, sugirió a González la posibilidad de que su grupo se desenganche del consenso si se mantienen los planes de celebración del referéndum. Fraga se mostró mucho más cauto al respecto, no pronunciándose sobre la presunta inconstitucionalidad del mismo. Incluso, no quiso llegar tan lejos como sus socios democristianos del PDP, que han anunciado que se abstendrán de cualquier actividad en caso de que el referéndum siga adelante.

Tanto Fraga como González coincidieron en que la fecha del referéndum dependerá de la celebración de las elecciones autonómicas gallega y andaluza legalmente, la consulta popular debe tener lugar al menos a tres meses de distancia de un acto electoral-. De acuerdo con el calendario elaborado por AP, esta consulta tendría días hábiles para celebrarse, en el peor de los casos, entre el 22 de marzo y el 22 de abril, suponiendo que las elecciones gallegas tuviesen lugar en el último día de plazo (20 de diciembre), lo mismo que las andaluzas (22 de julio).

González, por su parte, se limitó a decir vagamente que "cabe la posibilidad" de celebrar el referéndum entre enero y abril. "Incluso en el caso de que se acorten las fechas, siempre queda un espacio; definir una fecha con carácter previo significa que, desde el Gobierno nacional, estamos condicionando la facultad que la Constitución ofrece a los presidentes de las autonomías gallega y andaluza para fijar la fecha de sus elecciones". Luego, el presidente dio a entender que las elecciones generales no se harán coincidir con las andaluzas, contra lo que se vertía barajando en medios socialistas: "Por ahora, aunque pudiera caber, no se contempla la posibilidad; lo lógico es agotar el plazo de la legislatura". El presidente tampoco concretó la fecha en que se celebrará el debate parlamentario sobre la OTAN.