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Que hablan de nosotros, aunque sea para bien

La bolsa cerró el fin de semana sin presión alguna derivada de órdenes vendedoras y en medio del mismo clima eufórico de días anteriores. El índice general se ha elevado 5,65 puntos en estos cinco últimos días de contratación y, al ganar un 16,28% desde principio de año, Madrid ha sido el centro de atención del Wall Street Journal, que ayer destacaba en un extenso artículo el comportamiento de este mercado.Los analistas se sienten seguros a corto plazo y alguno considera que la sesión del lunes próximo será la confirmación absoluta del boom alcista, al que no son ajenos los medios de difusión, ya que la bolsa empieza a recibir un abultado tratamiento informativo. Aquellos observadores más comedidos, sin embargo, empiezan a plantearse en qué momento se flexionará a la baja. Eso no es un secreto y tampoco tiene por qué sembrar miedo alguno: desde siempre se sabe que lo que sube tiene que bajar.

Resumiendo, se podría decir que en estos momentos existen dos hipótesis sobre este posible recorte. Una defiende que las realizaciones de beneficios, que intentan llegar al mercado hace varios días y que siempre han visto abortadas sus intenciones por el exceso de dinero dispuesto a entrar en el mercado, terminarán imponiéndose a muy corto plazo, lo que puede suponer una caída brusca y de breve duración, que permitirá descansar un poco los ánimos y, al mismo tiempo, que llegue ese dinero de relevo que también aguarda su oportunidad.

La segunda teoría es algo más compleja, ya que se basa en el análisis fundamental, y que tendría como conclusión que los precios de los valores más significativos del mercado bursátil se encuentran ya muy ajustados a su precio real. Por consiguiente, existen pocas posibilidades objetivas de mantener el mismo ritmo de subida que años anteriores. Además, prosiguen, la bolsa se está convirtiendo en una buena escuela de inversores, que tarde o temprano terminarán por imponer sus criterios selectivos, por lo que aquellos valores que han sido objeto de una mayor especulación se verán seriamente afectados. En definitiva, el descenso vendrá a medio plazo, y nunca antes de terminar el segundo trimestre.

En todo caso, los más y los menos siguen la tendencia alcista actual, ya que nadie está interesado en marchar contra corriente, pero los más prudentes empiezan a atarse los machos porque la situación no es tan diáfana como en 1984. A estos nubarrones debe unirse el aumento de los tipos de interés en la República Federal de Alemania y en Estados Unidos, tal y como vienen vaticinando los gurús Kauftnann y Sinai desde hace bastantes semanas.

Mientras, ayer repartieron dividendos a cuenta del ejercicio 1984 Inmobiliaria Asturiana, de 50 pesetas netas; Banco de Santander, de 24,60 netas, y que recuperó 1,15 enteros; Banco de Vizcaya, de 103,32 netas, y que recuperó 6,664 enteros, y Banco Popular, de 49,20 netas, y que recuperó 5,84 enteros. También comenzó la ampliación de Uniasa, cuyo derecho cotizó a 522 pesetas y que saldó la operación recuperando 6,4 enteros. Banesto, por su parte, pagará el lunes un segundo dividendo a cuenta de 14,76 pesetas líquidas.

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