Dos golpistas bolivianos confinados en España huyeron a su país

El coronel Germán Linares y el capitán Pablo Vargas, dos de los cinco militares bolivianos confinados en la provincia de Albacete por su participación en el intento de golpe contra el Gobierno de Bolivia el pasado mes de julio, se encuentran de nuevo en su país, tras haber burlado primero a las autoridades albacetenses y después a las nacionales. En Bolivia, según todos los indicios, han participado en el nuevo intento de golpe de Estado abortado días atrás.El intento de golpe de julio terminó con el secuestro fallido del presidente de Bolivia, Hernán Siles Suazo. Los otros tres militares implicados en la acción y que estaban en España, los capitanes Carlos Barriga y Rafael Vargas, y el teniente Celso Campos, están rete nidos desde el sábado en el cuartel de la Guardia Civil de Albacete, a pesar de que este extremo fue negado el lunes por el comandante José Martín.

El gobernador civil de Albacete, José Luis Colado, después de negar reiteradamente a los medios de comunicación albacetenses la presencia de los bolivianos, no tuvo recato en reconocerlo e incluso dar toda clase de detalles en el transcurso de un coloquio con la asociación de amas de casa. Ahora, al conocerse la fuga de dos de los militares, José Luis Colado insistía ante la Prensa en que "estos señores están en Albacete y están controlados, no tengo constancia de que falte ninguno". Solamente cuando los periodistas insistieron con pruebas evidentes reconoció: "Bueno, en estos momentos sólo controlamos a tres de ellos".

El coronel y el capitán fugados desaparecieron de Ayna hace unos 15 días. Dijeron que iban a Murcia a visitar a unos familiares. Los rigurosos controles iniciales de la Guardia Civil, ante la que estaban obligados a presentarse diariamente, fueron suavizados y últimamente sólo lo hacían cada cuatro o cinco días, dedicando el resto del tiempo a viajar libremente por el territorio nacional, puesto que no se encontraban en régimen de detenidos. Se sabe que en un Seat 124 azul, prestado por un vecino de Peñas de San Pedro, viajaron a Madrid, Barcelona, Alicante y Murcia. Los golpistas bolivianos disponían de una llave del hotel Felipe II de Ayna para entrar y salir con absoluta libertad a cualquier hora.

Por otra parte, en estos días ha estado a punto de estallar un serio conflicto en Peñas de San Pedro, en donde un grupo de vecinos llegó a entrevistarse con el alcalde para pedirle que pusiera fin a la situación que calificaban como de .grave malestar". Al parecer, el verbo fácil y la tremenda simpatía de los bolivianos habían cautivado a varias mozas y mujeres casadas de Peñas, que llegaban a desplazarse a diario hasta Ayna si los militares no lo hacían a su localidad. Uno de los maridos ha sufrido incluso un infarto. Los vecinos llegaron a pedirle al alcalde que mediara ante el gobernador para solucionar el problema.