Una sentencia facilita en EE UU la supresión de ayuda vital a pacientes moribundos

La decisión tomada el pasado jueves por el Tribunal Supremo del Estado de Nueva Jersey (Estados Unidos) sobre la supresión de ayuda vital a pacientes en fase terminal ha sido considerada como una victoria por los partidarios del derecho a la muerte, que piensan que es un precedente jurídico de tanta importancia como la decisión del mismo tribunal hace nueve años sobre el caso de Karen Ana Quinlan

Un tribunal, por primera vez, al tomar una decisión sobre la supresión de cuidados médicos a pacientes moribundos, ha eliminado la distinción entre los respiradores y la alimentación forzada. Además, el tribunal ha definido la forma en que se puede tomar la decisión de interrumpir los cuidados medicos en el caso de pacientes incapaces de decidir por si mismos, de edad avanzada y en fase terminal que se encuentren iritemados en asilos e instituciones sanitarias. En la sentencia, el tribunal ha avanzado considerablemente sobre la jurisprudencia anterior, que sólo permitía esta interrupción en caso de pacientes sin actividad cerebral o en estado de coma y estado vegetativo persistente. Éste era el caso de Quinlan, a la que le fue retirado el respirador hace nueve años. Quinlan, que en la actualidad tiene 31 años, permanece en estado de coma, pero es alimentada artificialmente y sus padres han manifestado que no quieren que este tipo de cuidados médicos le sea retirado.Aunque la sentencia actual, que se refiere a una paciente llamada Claire C. Conroy, es de aplicación unicamente en Nueva Jersey, se espera que tenga un fuerte impacto en todo Estados Unidos.

La sentencia tiene varios aspectos importantes. Por una parte, en lenguaje claro y conciso, establece el derecho de una persona a rechazar los cuidados médicos y ofrece un cuestionarlo detallado para utilizarlo en la toma de decisiones sobre la interrupción de cuidados médicos en pacientes terminales, recluidos en instituciones, que son incapaces de expresar sus deseos.

En otra parte de la decisión judicial, que contradice la práctica hospitalaria habitual, el tribunal señala que la administración de alimentos y líquidos no es diferente de cualquier otro cuidado médico. También señala que no existe diferencia legal entre la decisión de un médico de empezar un tratamiento y su decisión de interrumpirlo.

Hasta ahora, los comités éticos de muchos hospitales han diferenciado la alimentación de otros cuidados médicos, y también han señalado que no es lo mismo empezar un tratamiento que interrumpirlo. Normalmente, los médicos pueden no aplicar un respirador a un paciente, si así lo piden los familiares, pero es muy difícil que lo desconecten una vez aplicado.

La alimentación se ha considerado siempre un cuidado distinto, destinado a hacer que un paciente se encuentre confortable, pero el tribunal ha rechazado esta distinción en el caso de pacientes moribundos y de edad avanzada.

Sin embargo, el tribunal no da respuesta a todas las preguntas, especialmente en pacientes de características distintas.