El Gobierno estudia la celebración de las elecciones legislativas en mayo de 1986, coincidiendo con las andaluzas

El Gobierno estudia la celebración de las elecciones legislativas en tomo a mayo de 1986, coincidiendo con las autonómicas andaluzas, según indicaron a EL PAIS fuentes solventes de Presidencia del Gobierno. Los mismos medios expresaron su creencia en que "por el momento, no habrá variación" en las líneas fundamentales de actuación del Gabinete, subrayando así que la tan largamente rumoreada crisis de Gobierno quedará pospuesta, al menos, hasta el próximo verano o hasta el otoño."Ni necesitamos adelantar las elecciones como dice constantemente la oposición, ni hacer ningún tipo de operación política, tan al uso en otros grupos, ni menos aún mejorar la imagen del Gobierno sustituyendo a tal o cual ministro", señaló un importante miembro del equipo de Felipe González. Esta fuente agregó que, en todo caso, solamente al presidente mismo compete la resolución de estas cuestiones.

La celebración de elecciones legislativas en la primavera de 1986, coincidiendo con las autonómicas andaluzas y poco antes de que Francia celebre las suyas, sería, de cualquier forma, "un anticipo no significativo" para estos medios de Presidencia.

Por lo que se refiere a las elecciones para cubrir los escaños españoles en el Parlamento Europeo, el Gobierno no parece haber estudiado aún una fórmula definitiva, pero las mayores posibilidades van encaminadas a que sean el Congreso y el Senado los que elijan de entre sus miembros a los 60 parlamentarios europeos españoles, evitándose una elección directa en esta primera ocasión.

Esta medida, caso de producirse, estaría justificada por el hecho de que las próximas elecciones para renovar el Parlamento Europeo se desarrollarán en 1988, y el mandato de los españoles se prolongaría, por tanto, tan sólo durante año y medio (hasta terminar el mandato de las Cortes), lo que justifica, ajuicio de las fuentes gubernamentales consultadas, que no se superponga una elección más a las legislativas y a las autonómicas andaluzas.

Esfuerzo negociador

La actuación preferente del equipo de Felipe González en los meses que restan hasta entonces se centrará en la negociación para la adhesión a la CEE, proceso que, según expresó el portavoz, Eduardo Sotillos, recibirá un decisivo impulso en las sesiones que se celebrarán a finales de este mes, donde quizás queden cerrados los tres capítulos pendientes (agrícola, pesquero y de asuntos sociales).

Una vez concluido este proceso negociador, y mientras los Parlamentos de los 10 países europeos ratifican, hasta el 1 de enero de 1986, el tratado de adhesión, el Gobierno deberá forzar la adecuación de la legislación española a las normativas europeas, "tema evidentemente técnico y que exigiría que ninguna de las personas claves del Gobierno en este terreno -como los ministros de Exteriores, Economía o Agricultura, por ejemplo- sea sustituida, a no ser que medien causas de fuerza mayor". Tampoco parece probable que sea reemplazado ninguno de los embajadores españoles en los países comunitarios, pese a la amplia remoción diplomática a corto plazo que se proyecta desde el palacio de, Santa Cruz.

La prioridad dada a las cuestiones comunitarias hará también que el presidente González limite sus visitas al extranjero -tan sólo existe una prevista hasta el momento, a Uruguay- hasta después de que haya concluido el proceso negociador; así, el proyectado viaje del presidente a China quedará probablemente aplazado hasta después de este verano.

Los medios gubernamentales consultados por EL PAIS subrayaron que el Gabinete podrá dedicar con relativa comodidad una buena parte de su tiempo al tema único de la negociación con la CEE, porque ya "ha concluido prácticamente su labor de elaboración de leyes". El propio González dijo recientemente que, a partir de este año, la labor de su equipo consistirá básicamente en aplicar los proyectos ya enviados a las Cortes, gran parte de los cuales se encuentra aún en fase de tramitación parlamentaria.

'Miniconsejo' sobre la CEE

Para el próximo viernes se planea la reunión de un miniconsejo que tratará en exclusiva sobre los problemas que plantea la ampliación de la Comunidad, y es probable que el Consejo extraordinario del próximo día 30, que estará presidido por el Rey, abordará fundamentalmente cuestiones comunitarias.