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Entrevista:

André Fontaine: "Ha fracasado el exceso de democracia"

André Fontaine es desde ayer el director gerente efectivo del diario francés Le Monde, el más prestigioso de este país, víctima de una crisis financiera que desde hace tres años es de actualidad permanente y ha llegado a presagiar incluso la eventual desaparición de la publicación. Fontaine, que fue elegido con el 89% de los votos, en estos momentos, se llama también la esperanza de Le Monde, que a los 40 años de existencia inicia, con su mandato, la etapa decisiva del futuro. En una entrevista a EL PAIS, el mismo Fontaine dijo ayer que su estrategia consiste fundamentalmente "en evitar la quiebra".

Tras una carrera periodística, de escritor y de comentarista diplomático posiblemente sin paralelo en los últimos 30 años del periodismo francés, Fontaine, a los 63 años de edad, accede a la cúpula de este diario. Licenciado en Letras y en Derecho Público, Fontaine entró en Le Monde en 1947; de jefe de la sección de extranjero pasó a ser redactor jefe en 1969. Fontaine compatibilizó este puesto ejecutivo con una labor ingente de comentarista diplomático y de escritor. No sólo muchos lectores de Le Monde recortan sus artículos, sino que él lo hace también para servirse de ellos como referencia; los almacena en su casa de campo hasta que, llegado el momento. los extiende todos por el suelo; y así inicia la construcción de las estructuras de sus libros sucesivos. En el año 59 ya publicó La Alianza Atlántica a la hora del deshielo; después, con La historia de la guerra fría codificó el acaecer diplomático contemporáneo, que iba a proseguir con otro libro: Un solo lecho para dos sueños, publicado en 1981. Pero otras obras, como La guerra civil fría, o El último cuarto de siglo, han reafirmado su talante de "biblioteca inteligente de la historia contemporánea".Fontaine es el cuarto director de Le Monde; después de su fundador, Hubert Beuve-Meury. Durante 13 años lo dirigió Jacques Fauvet; y desde hace algo más de dos años estuvo a la cabeza del diario que ha hecho célebre la rue des italiens, André Laurens, a quien ahora sucede Fontaine por voluntad de la redacción. Nadie pone en duda que, de cara al exterior, la imagen de Fontaine es la que corresponde más exactamente y con más brillantez a las dimensiones nacionales e internacionales de Le Monde. Su personalidad tendrá que medirse, sin el más mínimo patinazo, en el interior del diario, como él mismo lo deja entender en la breve conversación que mantuvo con este periódico.

Pregunta. ¿Qué es lo que real y fundamentalmente le ocurre a Le Monde, según su director de estreno, que, al mismo tiempo, ya se valora como su esperanza, o como la última esperanza?

Respuesta. Le Monde progresó. rápidamente desde 1956 hasta 1968; y consecuentemente ganó mucho dinero. Existe un proverbio inglés que dice: "nada es tan exitoso como el éxito"; creo que es un proverbio bastante peligroso, porque se instala uno en el éxito, se gasta dinero y no se tienen en cuenta, y ni se perciben bien los defectos. Así es como llega uno a creerse el monopolio de todo. Y así se envejece. Y, luego, de repente, además, se llega a perder dinero; y se da uno cuenta que incluso existe alguien que nos hace la competencia. (Fontaine y su interlocutor ríen y, sin duda, piensan en el mismo periódico, el que le hace competencia a Le Monde, que es Liberatión).

P. Sabido es el poder de la redacción de Le Monde en la vida de este periódico: en base a esta crisis, ¿podría decirse que ha fracasado la autogestión, o la democracia interna?

R. La autogestión no ha fracasado, porque no se practicaba. Ocurre, como usted sabe, que la sociedad de redactores tiene un 40% de las acciones y esto es la base de la democracia interna. Cuando Fauvet se retiró, surgieron dificultades para encontrar un director entre los redactores, y el propio Fauvet recurrió a la redacción a pesar de que los estatutos no dicen que tienen que ser necesariamente los redactores quienes elijan director. Así comenzó un proceso fatal que nos ha conducido a la formación de clanes, de antagonismos; y ya se sabe que cuando en el interior de una casa estallan luchas de grupos, esa casa perece.

P. ¿Puede decirse, entonces, que lo que ha fracasado ha sido él exceso de democracia?

R. Eso es, efectivamente, el exceso de democracia.

P. ¿Cuál es la clave de su estrategia para superar la crisis?

R. Mi estrategia inicial ya sabe que consiste en evitar la quiebra; el problema primero es financiero; y no hay solución para Le Monde sin acudir a capitales exteriores al periódico. Ahora bien, esos capitales tendrán que ser minoritarios, bien identificados y diversificados.

P. Usted sabe que se teme, debido a ese tema "extranjero", que la independencia de Le Monde puede sufrir.

R. No. Y esto porque la sociedad de redactores, en cualquier caso, mantendrá su minoría de bloqueo; y por ello, esos capitales, no podrán influir en la redacción del periódico.

P. ¿Tiene razones para pensar que van a encontrar aportaciones financieras exteriores?

R. Creo que encontraremos dinero; yo lo espero al menos.

P. ¿Qué periódico ideal desearía hacer usted?

R. En Francia entiendo que hace falta un diario que aborde los acontecimientos desde una cierta altura; un diario que no sea partidista, naturalmente, y que separe bien la noticia del comentario. Además, creo que es necesario un periódico-guía, que le ayude a la gente a reencontrarse en medio de tanta información, tan complicada a veces e incluso ininteligible.

P. ¿Cómo va a resolver la cuestión que liga de cierta manera el diario al poder político?, pues usted sabe que Le Monde se vé como un diario que apoya al Gobierno socialista.

R. Le Monde ha sido favorable de alguna manera a la izquierda desde hace muchos años, y no desde que llegó al poder esa izquierda en 1981; pero yo mantengo que ningún diario ha intentado como nosotros equilibrar las críticas y las opiniones favorables.

P. Sin embargo, la imagen de Le Monde es la de un diario de izquierda.

R. Pero la imagen, a veces, no corresponde a la realidad.

P. ¿Quiere decir que usted va a seguir la misma línea que hasta la fecha ha mantenido el periódico?

R. Vamos a intentar separar al máximo la información y los comentarios, para ajustar nuestra imagen.

P. ¿Sobrevivirá la prensa escrita a la multiplicación de los media?

R. En esa cuestión capital se pueden encontrar muchas de nuestras dificultades; el audiovisual, la prensa especializada, y la no rentabilización de nuestro propio instrumento, nos han perjudicado. Es lo que vamos a subsanar, diversificando nuestra actividad, incluso hasta llegar a la televisión. Pero, en fin, como lo prueban EL PAÍS y otros diarios europeos, la prensa escrita está viva, y vivirá.

P. ¿Ha sido usted manipulado alguna vez por un político?

R. Nunca jamás.

P. ¿Cómo se definiría, periodísticamente hablando?

R. Yo me considero un periodista independiente, respetuoso de las instituciones y de las personas. No soy un polemista, pero critico llegado el caso a quien fuere.

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