Las cajas de ahorro llegan a un compromiso entre ellas para frenar la expansión fuera de las regiones de origen

Las cajas de ahorro que estaban diversificando su crecimiento mediante la apertura de sucursales de sociedades filiales, como fondos de inversión, sociedades hipotecarias o compañías de seguros, paralizarán esta forma de crecimiento fuera de sus regiones naturales de actuación durante un tiempo prudencial, según acordaron en la asamblea celebrada el miércoles.

El consejo de administración de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) mantuvo ayer una reunión con el gobernador del Banco de España para hablar del cumplimiento del nuevo coeficiente de garantía de las instituciones financieras y de las dotaciones para hacer frente a las pensiones futuras de los empleados de las cajas.

La aplicación del nuevo coeficiente de garantía de las instituciones financieras preocupa a las autoridades monetarias, que consideran que las cajas de ahorro, en general, tienen unos recursos propios muy escasos para el nivel de riesgos que tienen contraídos. Desde hace dos años las cajas de ahorro están forzando el crecimiento de sus recursos propios a partir de destinar una parte creciente de sus excedentes a reservas, y reduciendo, por tanto, las aportaciones a la obra social.

En medios de las cajas se considera que, si bien es cierto que el coeficiente de garantía (relación entre recursos propios y activos en riesgo) es bajo, en estas entidades tienen una cierta posición de partida positiva, dado el tipo de sus inversiones. Una buena parte de ellas se concentra en deuda pública, cuya solvencia es total.

Dotaciones a reservas

Otra parte importante del negocio de las cajas se basa en los créditos hipotecarios. En su opinión, estas tres partes de su activo tendrán que tener un coeficiente de garantía bajo, bastante más favorable que el de los bancos, que tienen mayor riesgo industrial o créditos a particulares sin garantías hipotecarias.No obstante, se considera que el Banco de España, aunque acepte este planteamiento, exigirá un mayor esfuerzo por parte de las cajas para que aumente el volumen de sus recursos propios. Este aumento sólo puede venir por la vía de mayores dotaciones a reservas de lo obtenido en ejercicios anteriores y por la autorización a emitir deuda subordinada a largo plazo y con un tipo de interés variable, como ya lo ha hecho el Banco de Bilbao recientemente.

La asamblea de las cajas de ahorro, celebrada el miércoles, se centró en la discusión sobre el hecho de que algunas entidades, en especial La Caixa de Cataluña y Baleares, han iniciado desde hace unos meses una expansión de su actividad financiera fuera de las comunidades autónomas en las que tienen su base inicial. Esta expansíón se realiza a través de sociedades de servicios financieros filiales, con lo que se bordean las limitaciones existentes en cuanto a apertura de oficinas.

El fondo de inversión de La Caixa, que tiene un pasivo de 45.000 millones de pesetas, la sociedad de crédito hipotecario creada para no tener que cubrir unos coeficientes obligatorios tan elevados como los de la propia entidad, y otras empresas filiales vienen captando recursos por los que se puede ofrecer una remuneración más elevada de lo que lo hacen bancos y cajas al obtenerse una rentabilidad media muy superior por la inversión de esos depósitos captados. El Consejo de Ministros aprobó, hace dos semanas, la creación de un fondo de inversión de la Caja Postal que podría perseguir los mismos objetivos, aunque por el momento parece que no se va a potenciar. Un banco extranjero, Midland Bank, a través de una filial, viene íntermediando entre el Tesoro y los ahorradores mediante la compra-venta de pagarés.

Las cajas llegaron en la asamblea al compromiso de que que el consejo de administración de la CECA tratará de encontrar una salida a los problemas de expansión, al tiempo que el director general de La Caixa, José Vilarasau, aceptaba frenar su crecimiento a través de sociedades filiales.