Las drogas
Ante todo, y al comenzar este nuevo año, quiero felicitarle sinceramente por la inestimable labor que viene llevando a cabo con el periódico y animarle para que continúe adelante por el mismo camino, haciéndolo, si cabe, cada día un poco mejor. Honestamente, debo decirle que la calidad mantenida durante estos años hace que tanto usted como nosotros, los lectores, nos podamos sentir satisfechos y orgullosos por una obra bien hecha.Dicho esto, quiero manifestar, sin embargo, una cierta preocupación, ya que he podido observar una importante deficiencia. Me refiero a la vacilante respuesta que está dando el periódico, al igual que otros órganos responsables, al terrible problema de las drogas.
Es verdad que dedican al tema un espacio considerable, con algunos buenos reportajes y abundantes noticias, sobre todo en los últimos días, pero es obvio que falta algo. Y en el editorial del pasado día 31 de diciembre, hondamente pesimista, esa sensación se refleja con todo rigor y crudeza. Concretamente en estas líneas: "Se ensombrece más el horizonte si se comprueba ( ... ) que falta una información generalizada sobre la gravedad de este fenómeno y que las respuestas sociales resultan realmente pobres: nos movemos entre el desconsuelo y la alarma".
Totalmente de acuerdo, y me parece muy grave porque usted y todos los medios de comunicación, solidariamente con el resto de las instituciones sociales, son responsables y tienen que descubrir las verdaderas causas que se ocultan en el fondo de esta ciénaga. Nos estamos jugando el futuro, y, desafortunadamente, en este país -ahora no me refiero sólo al periódico- ha habido muchas negligencias y se han dicho demasiadas insensateces en los últimos 15 años como para seguir dando palos de ciego.-
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