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Entrevista:

Lorenzo Natali: "España debe concluir la negociación sin miedo al futuro"

Andrés Ortega

Pregunta. Una nueva comisión ha entrado en funciones, abriendo nuevas esperanzas para la CEE. ¿Viene esto a cambiar algo, tanto para la solución de los problemas de los diez como de las negociaciones de adhesión de España y Portugal?Respuesta. Todas las nuevas comisiones aportan nuevas esperanzas. Esta ha sido, sin duda, la ambición de las que le han precedido. La comisión es consciente de que a la Comunidad le queda poco tiempo para darse un movimiento de relanzamiento institucional, un esfuerzo decisivo para dotarse de un verdadero mercado interno -y no solamente de una unión aduanera-, para darse, al fin, una política industrial que no sea un diseño dirigista o un conjunto de grandes proyectos, sino la creación de condiciones para un crecimiento de la industria de punto y un aumento de la productividad de toda la industria europea, productividad que ha caído ahora a niveles preocupantes. España y Portugal tienen todo el interés en unirse a estos esfuerzos y, por tanto, en concluir la negociación sin temer demasiado por el futuro inmediato.

P. Usted sigue encargándose de las negociaciones de adhesión. ¿Con qué entusiasmo?

R. Con un entusiasmo inmutado.

P. En las últimas sesiones de negociación -con España, pues el caso portugués es algo diferente- la parte española y algunos países miembros le han criticado (al menos al hablar con nosotros, los periodistas) por no poner el suficiente empeño a la hora de aproximar posiciones entre los diez y España. ¿Cómo acoge usted estas críticas?

R. La impaciencia es mala consejera y pone a menudo a sus víctimas en contradicción consigo mismas. Las partes de la negociación son los Estados miembros y los países candidatos. La comisión cumple su deber de amortiguador, pero también de promotor en el momento oportuno, y debe aceptar estas críticas con serenidad. En el sector industrial, en el que eran evidentes las aperturas por parte española y por parte comunitaria, no hubo demasiadas dificultades. Pero en el sector agrícola y en el de la pesca las cosas no estaban nada maduras. No había llegado aún el momento de hacer propuestas.

P. Queda, pues, implícito que ahora es el momento de hacer estas propuestas, pero Natali no entra en el detalle. ¿Viene la presencia de Jacques Delors al frente de la comisión a cambiar algo? En las páginas de este periódico hemos dicho que España le había pedido a Delors que tomara personalmente parte activa en estas negociaciones...

R. El presidente Jenkins en 1977, el presidente Thorn en 1981 y ahora el presidente Delors, respectivamente, han tomado y tomarán ciertamente parte activa en la negociación. Lo contrario sería extraño y preocupante. No sé cuáles son las fuentes de su diario, pero no me parece que se identifiquen con personas informadas sobre la realidad institucional de la comisión como colegio.

'Queda poco tiempo para superar los obstáculos'

P. ¿Y la llegada de una nueva presidencia, la italiana, al Consejo de Ministros de la CEE, puede realmente ser decisiva?

R. Se lo deseo de todo corazón, como se lo he deseado a todas las que la han precedido. Cierto que los obstáculos que quedan son pocos, pero el tiempo necesario para superarlos es también escaso.

P. Primero fueron las frutas y hortalizas. Luego, el vino; después, el aceite de oliva, y más tarde, los Programas Integrados Mediterráneos (PIM). ¿Cabe el que se planteen otras condiciones previas a la adhesión?

R. No me lo parece. Pero es necesario señalar que las sorpresas han sido numerosas y frecuentes en esta materia en el curso de la negociación.

P. Son los países del norte de la CEE los que parece que van a sacar más provecho del ingreso de España, y, sin embargo, es a los del sur a los que se pide mayores sacrificios...

R. Es una contabilidad poco recomendable esta de las ventajas y de los sacrificios. Se ha visto con otras ampliaciones precedentes de la Comunidad. Pero las impresiones del que teme ser llamado a pagar una cuenta más onerosa que la de los demás son ciertamente un obstáculo psicológico y político de primer orden sobre el camino que debería llevar a posiciones comunes entre los Estados miembros.

P. ¿Cómo caracteriza usted la actual situación de las negociaciones de adhesión?

R. Una fase final con algunos obstáculos, pero maduros para un ataque decisivo.

P. ¿Qué escenario ve usted para este último tramo?

R. Los escenarios pueden ser diversos, pero me parece que se pueden reducir a dos: o el paquete final a partir del próximo Consejo (28 y 29 de enero), o la técnica de los Oracios y Curiazos, comenzando con la agricultura, luego la pesca y al final el resto.

P. Natali se refiere a la leyenda de la Roma antigua en la que tres Oracios se enfrentaron en duelo a tres Curiazos para evitar una guerra. Dos de los Oracios resultaron pronto muertos. Pero el tercero logró vencer a sus adversarios, afrontándolos de uno en uno. ¿Cómo piensa usted, desde la comisión, enfocar lo que queda?

R. En materia de procedimiento la comisión depende del Consejo (de ministros de la CEE). Personalmente, no tengo preferencias por uno u otro escenario. Lo que cuenta es la intención de terminar ahora en el poco tiempo que queda.

P. ¿Y cómo cree usted que España lo enfoca y lo negocia?

R. La delegación española ha mostrado querer entrar en lo concreto de la negociación, y lo ha hecho egregiamente, con gran fineza y decisión. Lástima-peccato, dice Natali- que todo esto no haya comenzado hace dos años, sin demasiadas preocupaciones por las declaraciones y las cuestiones de principio.

'El gran escollo final será la pesca'

P. Queda la agricultura, la pesca, los asuntos sociales, Canarias, la contribución al presupuesto de la Comunidad y las relaciones con España y Portugal, entre otros temas, para el último cuarto de hora...

R. Digamos que de este simbólico cuarto de hora 14 minutos serán para la agricultura y la pesca.

P. ¿Es posible acabar en marzo o abril y presentar los textos a ratificación en los Parlamentos nacionales para ingresar el 1 de enero de 1986, o hay que pensar ya en otra fecha (julio de ese año, por ejemplo)?

R. Ya es difícil profetizar sobre los resultados de conferencias internacionales. Pero predecir las reacciones de 12 Parlamentos nacionales, ni siquiera Nostradamus podría hacerlo. Sin embargo, esto no quita nada al empeño político que anima a los Estados miembros en todos sus órganos constitucionales.

P. ¿Cuál va a ser al final el mayor escollo?

R. La pesca.

P. Usted fue el impulsor de los PIM, programas que aún no se han puesto en marcha y de cuya solución satisfactoria hace depender Grecia la luz verde para la ampliación. ¿Qué razón tiene Grecia y qué posibilidades de solución de este escollo ve usted?

R. Ya he hablado antes de las dificultades psicológicas y políticas que pueden surgir en un Estado miembro, si éste tiene la impresión, quizá económicamente infundada, de ser llamado a contribuir en una medida no equitativa a algunas empresas comunes. Grecia, en materia de PIM, tiene las decisiones del Consejo Europeo y las invoca como otros Estados miembros han invocado otras decisiones del mismo Consejo Europeo. En lo referente a las posibilidades de solución, es necesario buscarlas en el presupuesto de la Comunidad. Pero no deberían ser insuperables.

P. La crisis presupuestaria de la CEE, en general y para 1985, favorece el caso español o, por el contrario, lo empeora?

R. El régimen de las doceavas partes provisionales no es incompatible con la adhesión española y portuguesa, aunque sí, lo admito, comenzaríamos verdaderamente a estar estrechos. En suma, la crisis del presupuesto no afecta ni política ni económicamente a la negociación. Aunque debe resolverse antes de la adhesión.

P. Se ha dicho que ya se han decidido qué carteras podrían ocupar España y Portugal en la Comisión Europea tras su ingreso en la comunidad: pesca, investigación, asuntos sociales, coordinación de los fondos estructurales o turismo.

R. Se ha pensado en posibles carteras a destinar a los países candidatos, pero no en carteras destinadas a este o al otro candidato determinado.

P. Pasa usted ahora a ocupar la cartera de la cooperación al desarrollo en el Tercer Mundo, que hasta ahora era un semifeudo francés. ¿Cómo piensa usted abordar esta nueva tarea?

R. Espero poder ocuparme de la política de la cooperación y ayuda al desarrollo con la sabiduría y el éxito de mis predecesores franceses.

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