Un doctor madrileño asegura que está congelando embriones humanos desde hace cuatro meses
El doctor Angel Sopeña, director de la clínica privada madrileña 2200, asegura que está congelando embriones humanos desde hace cuatro meses, aunque el hecho se hubiera mantenido hasta ahora en el más absoluto secreto. En su laboratorio se han congelado hasta el momento tres embriones humanos que fueron implantados a dos pacientes, aunque en ninguno de los casos se consiguió un embarazo. Asímismo, Angel Sopeña -hijo del ginecólogo del mismo nombre- afirma que la primera niña probeta española se llama Lucía y nació en abril de 1984, es decir, dos meses antes del nacimiento en la clínica Dexeus, de Barcelona, de Victoria Anna, la niña considerada como la primera española concebida por fertilización in vitro.
El doctor Sopeña, que además de médico ginecólogo es veterinario, asegura que comenzó a investigar la congelación de embriones al mismo tiempo que la fertilización in vitro en 1978, porque no consideraba ético tirar los embriones sobrantes ya fecundados.El equipo de Sopeña comenzó a investigar con ratas, pero actualmente lo hace con cerdos, al existir una mayor similitud entre sus embriones y los humanos. Hace tres años empezó a realizar la fertilización in vitro en humanos, y en abril del año pasado, según Sopeña, nació el primer bebé conseguido en España por este método. En la actualidad otras seis de sus pacientes se encuentran embarazadas, y una de ellas dará a luz el próximo mes.
En cuanto a la congelación de embriones, el equipo realizó el primer experimento en humanos en septiembre pasado, al conseguir congelar dos embriones, que fueron implantados en una misma mujer al mes siguiente. Unos días después se congeló otro que fue implantado en el útero de su madre en diciembre pasado, cuando llevaba tres meses congelado.
Según el doctor Sopeña, la causa de haber mantenido en el más absoluto secreto tan espectaculares resultados se debe a la negativa de las parejas implicadas a hacer públicos sus casos, unido a su temor de que pudiera traerles problemas. Sopeña afirma también que no le gusta la publicidad, y que el no haber presentado comunicaciones científicas hasta ahora se ha debido al deseo de disponer de más datos y casos contrastados. El hecho de que abandone ahora su silencio lo justifica por las declaraciones del resto de los equipos que trabajan en España en fertilización in vitro y los que han anunciado que serán los primeros en congelar embriones.Un banco de óvulos
El próximo paso, en el que ya está trabajando el equipo, es la congelación de óvulos, una técnica muy dificil que todavía no ha conseguido dominar ningún equipo del mundo. "Lo ideal es conseguir congelar óvulos, tanto desde el punto de vista científico como del ético y legal, puesto que no se plantearían ya todos los problemas derivados de la congelación de embriones", indica Sopeña.
En cuanto a la posibilidad de crear un banco de óvulos, Ángel Sopeña asegura que lo hará en el futuro, y que si no se lo ha planteado hasta el momento no ha sido por temor a que surjan problemas éticos o legales de dificil resolución, sino porque "no tenemos un número suficiente de casos que lo hagan necesario". En el equipo de fertilización in vitro trabajan 22 personas. La doctora Marisa López Tapia es quien más directamente se ocupa de la congelaciónde embriones. El precio del proceso de fertilización in vitro, incluida la congelación de embriones en los casos necesarios, es de 250.000 pesetas.
La congelación, además de permitir conservar los embriones sobrantes de la fertilizacion in vitro tiene la ventaja, como destaca Sopeña, de que "permite hacer las implantaciones en ciclos sucesivos, ya que aquel durante el cual se extraen los óvulos no es el más indicado para hacer la implantación". A esto habría que añadir que una mujer que quiera tener más hijos no debería someterse a todo el proceso de nuevo, con el consiguiente ahorro económico y de molestias que ello representa.Adopción de embriones
En cuanto a los problemas éticos y legales que plantea la congelación de embriones, Sopeña indica que ,les más reprobable étícamente el no congelarlos cuando se realiza fertilización in vitro, porque hay que desechar los sobrante?. Asímismo, indica que ha consultado las implicaciones jurídicas y que, en su opinión, no existe un vacío legal, porque, basándose en la Constitución, los embriones estarían regulados por las mismas normas que rigen para los fetos antes del nacimiento. Basándose en esto, dice que "no pueden destruirse los embriones congelados en ningún caso". Si una de sus pacientes falleciera, "consideraría que el embrión se había quedado huérfano y recurriría a la Junta de Adopción".
La congelación de embriones se realiza en la clínica 2200 de una forma bastante artesanal, porque, según indica Ángel Sopeña," hemos probado con los aparatos de congelación y no nos sirven por ser todos ellos de nitrógeno. Lo idóneo es un congelador programado de nieve carbónica, que es menos fría y más manejable que el nitrógeno". Mientras no lo encuentran utilizan un método manual que es "rnucho más fiable".
"En primer lugar", señala, "introducimos el embrión en un con gelador de nevera -parece poco ortodoxo, pero lo cierto es que también lo hacen los australianos que lograron el nacimiento de Zoe el primer bebé conseguido de un embrión congelado- con una de terminada temperatura programada previamente. Después, lo congelamos hasta -7ºC, y lo programamos para que permanezca en esta temperatura durante media hora, algo que no se logra con los aparatos congeladores a los que hemos tenido acceso. Esto es fundamental, porque es cuando se producen los cristales de hielo en las células. Después lo introducimos en un congelador de fabricación nuestra, en nieve carbónica, con el que alcanzamos los 75 grados bajo cero y por fin realizamos la congelación rápida, en inmersión de nitrógeno, que es la técnica normal para 'guardar semen".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.