Un cabo apellidado Nunes disparó a dos metros del pescador onubense, según un testigo
Los disparos que acabaron con la vida de Juan Flores fueron realizados por el cabo que mandaba la patrulla de guardias fiscales portugueses, apellidado Nunes, a una distancia de dos metros, según Antonio da Silva Monteira, testigo presencial de los hechos. Da Silva era el hombre que iba a entregar al pescador español algunas cajas de marisco. Su versión señala que fueron dos los disparos que alcanzaron a Juan Flores: uno le atravesó el tórax y el otro quedó alojado en el cuerpo. La víctima fue enterrada ayer en Ayamonte.
Antonio da Silva Monteira, ciudadano portugués de 57 años, es el propietario del motocarro en el que se hallaban las cajas de marisco que Juan Flores se disponía a recoger. Según Da Silva, en el bote del pescador español muerto el sábado no había aún ninguna caja de pescado cuando el cabo Nunes efectuó cuatro disparos sobre él. Su relato sitúa los hechos en uno de los esteros que tiene el caño denominado Orta del Rey, pequeño riachuelo que desemboca en el Guadiana entre las poblaciones de Vilareal de Santo Antonio y Castro Marín.Cuando Juan Flores se dirigía a recoger las cajas de pescado, una patrulla de guardias fiscales, compuesta por el cabo Nunes y tres guardiñas de paisano, alertados por un anónimo, ya se encontraban tras el motocarro y tras un pequeño murete que bordea el estero.
"Traté de avisarle de que no viniese, pero el guardia me indicó que me pusiese de espaldas", manifestó ayer en Ayamonte el testigo presencial de los hechos. Un guardia se escondió bajo el muro, a la izquierda de Antonio da Silva, y el cabo hizo lo propio a su derecha. Siempre según el relato del propietario del vehículo, cuando Juan Flores llegó a la altura del primero, éste realizó dos disparos intimidatorios al aire, por lo que se escondió bajo el murete y trató de poner en marcha el bote. Al llegar a la altura de Nunes, el cabo realizó cuatro disparos a dos metros del pescador español.
El ciudadano portugués quedó retenido desde las tres de la tarde del sábado hasta las cuatro de la madrugada del domingo. Antonio da Silva Monteira declaró ayer que el cabo Nunes pretendía que firmase el atestado, "pero me negué hasta que no hubiese un abogado, porque no era cierto lo que decía".
El atestado señalaba, según Antonio da Silva, que las balas dieron en la embarcación y rebotaron y que Juan Flores ya estaba huyendo. "Juan estaba cercado, no podía escapar porque hasta el río tenía media hora", añadió.
El cabo Nunes, de 36 años, permanece arrestado en Castro Marín. Una fuente portuguesa señaló ayer que procedía de la fuerza expedicionaria colonial que Portugal tenía destacada en Angola antes del 25 de abril.
Concentración de vecinos
El entierro de Juan Flores se celebró en la mañana de ayer, con la asistencia de miles de personas. Carlos Rosa, familiar del fallecido, agradeció en voz alta las muestras de solidaridad de ciudadanos y autoridades, y dijo: "Que nadie mire a los portugueses con ira, sino con afecto".
La separación del pueblo portugués de la autoría de los hechos quedó bien clara en una concentración posterior realizada en la plaza del Ayuntamiento. Más de 500 personas acordaron la creación de una comisión investigadora y se preguntaban por el resultado de la autopsia, por explicaciones oficiales de ambos Gobiernos y por la situación en que queda la familia.
En un ambiente de marcada tensión, las críticas se volvieron hacia el Ayuntamiento y su alcalde, el socialista José Ceada, quien que en esos momentos estaba en un lugar indeterminado junto con el gobernador civil, Ruperto Infantes. Los concentrados echaron en cara al alcalde la falta de información y una postura pasiva en todo este suceso.
Algunos vecinos trataron de penetrar en el Ayuntamiento y otros de encerrarse. A las 14.30 horas se disolvieron sin incidentes.
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