"Mientras no se produzca acuerdo sobre los PIM no habrá ampliación de la CEE"
Muchos telespectadores griegos se pasaron, en la noche del jueves, al melodrama que daba la segunda cadena, mientras que en la primera, se debatía, desde las 22.30 hasta las 0.30 horas del día siguiente, el veto griego al ingreso de España y Portugal en la CEE. Intervinieron en el debate Teodoros Pangalos, ministro para Asuntos Europeos, y representantes de la oposición de Nueva Democracia (derecha civilizada) y comunistas del KKE (prosoviético) y del pequeño Partido Eurocomunista. El moderador del programa llegó a decir al comunista del KKE que su discurso anticomunitario era más diatriba desinformada que participación ordenada en un debate.
El ministro del PASOK y el eurocomunista hicieron causa común en contra del representante de derechas, Gabrias, que defendió la postura del jefe de su partido, Constantini Michotakis: los vetos no están hechos para los países pequeños.Al día siguiente, Teodoros Pangalos, ministro para la Comunidad Económica Europea, explicó en Atenas a EL PAIS la postura griega ante la ampliación de la CEE y la aplicación de los programas mediterráneos integrados (PMI), vitales para la supervivencia económica griega.
Pregunta. Primero se produjo en Dublín el veto griego a la ampliación de la CEE y después hubo marcha atrás. ¿Dónde están las cosas ahora?
Respuesta. Llamarle veto a aquella postura griega es una forma de acercarle las cosas al lector, pero es simplificar. Lo que Papandreu hizo en Dublín es lo que nuestros socios comunitarios sabían desde hacía tiempo. Yo mismo se lo expliqué en Madrid, en septiembre, a mi amigo Manolo Marín.
Los PMI tienen que ser aplicados antes del ingreso de España, y eso será también bueno para su país, dado que pondrá en orden la economía mediterránea. Disminuirá la competencia por encontronazo de ofertas. Con los 2.600 millones de ECU (310.000 millones de pesetas) que gradualmente obtendrá Grecia se arrancarán olivares y cultivos no productivos. Por ejemplo, queremos pasar a producir en el centro de Grecia árboles para pasta de papel, producto deficitario en la CEE.
Cuando el PASOK llega al poder en 1981 es un partido contrario al ingreso de Grecia en la CEE. Pero ya estaba hecho, y haberse salido hubiera sido, económica y políticamente, muy distinto que entrar. Presentamos entonces un memorándum, planteando nuestras peculiares condiciones económicas y de desarrollo respecto a otros países europeos. La CEE dio respuesta satisfactoria a varias propuestas del memorándum. Algunas vendrán satisfechas a través de los PMI precisamente.
Éstos van a atajar una situación que se estaba haciendo insostenible. Cuando el Mercado Común era la Europa de los seis se pensó que los países menos industrializados, entonces Italia y Francia, encontrarían compensación suficiente a las desventajas arancelarias, a través de sus exportaciones agrícolas. Y se dan escándalos como el de la producción en la República Federal de Alemania de vino procedente de viñas de regadío, de seis veces más rendimiento que en España y Grecia. ¡Baco se suicidaría si viera esas viñas!
P. Volviendo al veto, ¿donde están las cosas?
R. El primer ministro Papandreu es muy firme en lo de que mientras no haya acuerdos sobre los PMI no habrá ampliación de la CEE. La opinión pública española tiene que comprender que no es el sur pobre el que va a seguir financiando al norte rico. A la larga, sin los PMI, y sobre todo sin el precedente político que sientan, habría consecuencias negativas para España y Portugal. Insisto en que hay que tener la casa mediterránea en orden para recibirlos.
Contra lo que ha dicho parte de la Prensa internacional, somos los más fervientes partidarios de la ampliación de la CEE a esos dos países meridionales. Por eso no vetamos la prosecución de las negociaciones sobre ampliación, cosa que podríamos haber hecho. Nos será más fácil hacer concesiones sobre la ampliación si los PMI avanzan que si se estancan. Comprenda que a la opinión pública griega hay que presentarle razones de peso para que entienda los sacrificios. Nuestra aceptación de Fontainebleau nos costó 250 millones de ECU.
P. Está muy difundida en Atenas la opinión de que hay sectores importantes de la CEE que se han escudado tras los griegos , traviesos habituales del Mercado Común, según muchos, para frenar la ampliación. ¿La comparte usted?
R. Eso es evidente. Hablan del vino y no de la pesca. Si nosotros acabamos aceptando lo decidido sobre pesca fue, en parte, a instancias de los españoles, deseosos de que la negociación avanzara. Pero cuando un día se vuelva a la carga estaremos con ustedes. Y no por cortesía. Con 33 kilos de consumo de pescado por habitante venimos en Europa inmediatamente después de España. Lo que quieren con eso de que "hay mucho barco y poco pez" es garantizarle al Norte la venta de pescado a España.
P. ¿Por qué el Reino Unido acusa a Grecia de no querer más que sacar ventajas de la CEE?
R. Margaret Thatcher se olvida de que la propuesta de Papandreu de 6.600 millones de ECU que ella calificó de lunática, es para repartir entre Francia, Italia y Grecia. Cuando uno tiene socios de tan mala fe como Thatcher, uno no puede responder con buena fe, como nosotros hicimos en Fontainebleau con los PMI. Ahora nos sale Margaret Thatcher pretendiendo oír hablar por primera vez de los programas mediterráneos integrados". ¿No sabe usted que los británicos le sacan a la CEE más dinero que Grecia? Para camuflarlo se han inventado los del balance neto, es decir, la diferencia entre lo que se recibe y lo que se da. Esto prueba, verdaderamente, su gran astucia: la mayoría de lo que se apunta en la columna de debe es lo que pagan por cometer infracciones contras las leyes preferenciales de la CEE. Por importar carne, por ejemplo, de Nueva Zelanda. ¡Podrían llegar a contabilizar también las multas de tráfico! Y así se presentan como víctimas y perdedores. Pero si Margaret Thatcher quiere discutir de beneficios, estamos dispuestos. Ellos perderán.
Volviendo a la ampliación de la CEE,creo que para marzo estaremos bastante avanzados en lo de las negociaciones con España, y sin duda en lo de los PMI. Por ello estoy empezando a sentirme muy modestamente optimista.
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