Loterías extranjeras, una tentación prohibida
Miles de españoles han recibido en estas últimas semanas, como si de una felicitación navideña más se tratara, unas cartas invitándoles por su nivel social y prestigio personal, y a sugerencia de un amigo suyo", a participar en una lotería extranjera que reparte anualmente premios de 360 millones de dólares (61.000 millones de pesetas). Los remitentes en cuestión ofrecen, a cambio de enviar 600 dólares (algo más de 100.000 pesetas), la posibilidad de participar en 116 sorteos al año y recibir premios de hasta un millón de dólares (más de 170 millones de pesetas).
La oferta incluye además situar el importe de la hipotética ganancia "en la moneda que usted prefiera y en el banco que usted escoja en cualquier lugar del mundo". Todo ello, naturalmente, dentro de la más estricta discreción. La empresa que ofrece todas estas bicocas se llama International Lottery Distributors y, según rezan sus misivas, es "concesionaria oficial de las loterías del Gobierno de Canadá". "No existe otra lotería en el mundo que otorgue, como otorga ésta, 360 millones de dólares, señor... (y aquí aparece su apellido, en destacadas letras mayúsculas, como si de una carta estrictamente personal se tratara)". "Y por si esto fuera poco", añade la publicidad, en un estilo directo y con deseo de convicción sobre las posibilidades que ofrece, "estas loterías canadienses son las únicas en el mundo donde los premios se sortean solamente entre los números vendidos y no entre todos los emitidos".Para mayor información y, sobre todo, tranquilidad de los potenciales concursantes, se señala que las participaciones se recibirán por correo certificado cada mes, pagándose los premios en efectivo contra los billetes premiados, "que son documentos al portador que garantizan el anonimato de los ganadores y que, por ley canadiense, están exentos de impuestos".
Anonimato asegurado
Los responsables del marketing de las "mundialmente famosas loterías de Canadá" han tenido buen cuidado en insistir a sus posibles clientes sobre las estrictas medidas de confidencialidad que garantizan el total anonimato. El sobre que contiene los billetes "es absolutamente inviolable, protegido de rayos X, rayos infrarrojos o cualquier otro método para detectar su contenido, evitar sea conocido el número de su billete o notar la presencia de un premio instantáneo de 10.000 dólares. El método que brinda esta protección", añaden los publicitarios, "ha recibido el premio al mejor sistema en los últimos veinte años en el mundo".Si a la posibilidad de conseguir un buen dinero se añade la retahíla de detalles que permiten augurar un anonimato para los jugadores, y todo ello se mezcla con la importante cantidad que supone en salida de divisas (100.000 pesetas por participante), es fácil comprender por qué el Ministerio de Economía y Hacienda ha salido al paso inmediatamente para evitar males mayores.
El primer síntoma de preocupación ante esta posible evasión lo detectó el Servicio Nacional de Loterías, donde mejor que en ningún otro sitio se conoce el ánimo lúdico de los españoles. E inmediatamente, en colaboración con la Dirección General de Aduanas, se elaboró una escueta declaración, que hizo pública esta misma semana el Ministerio de Hacienda, por la que se declaraba ilegal la participación en loterías foráneas desde España y se avisaba sobre la posibilidad de incurrir en infracciones o delitos de contrabando y evasión de divisas.
Así, ha sido necesario volver a recordar que, según la vigente ley de Contrabando 7/82, de 7 de julio, se considera prohibida la importación de rifas y billetes de loterías de otros países.
Peligro de contrabando
Por tanto, en caso de jugar desde nuestro país a la lotería canadiense, se puede incurrir en delito o infracción, dependiendo de la cuantía jugada. En este caso específico, si la cantidad es inferior a un millón de pesetas, se comete una infracción de contrabando, castigada con una multa de hasta el doble de lo jugado. En caso de que sea superior a un millón de pesetas, se incurre en delito que puede ser penado con multa de hasta el doble de la cuantía jugada y privación de libertad de hasta seis años.Y como, según uno de los principios más antiguos del derecho, la ignoracia de las leyes no exime de su cumplimiento, los residentes en España que ya hayan remitido sus dólares para participar en esos sorteos no tendrán legalmente posibilidad de cobrar premio alguno.
Los billetes quedan decomisa dos y, por tanto, el posible premio pasará a engrosar directamente las arcas de la Hacienda española. Precisamente en estos momentos el Estado español está gestionando el cobro de un premio de la lotería gibraltareña correspondiente a un número jugado por un ciudadano español y que, por la legislación, no puede acceder a él.
Sin embargo, todas estas normas dejan de afectar a los ciudadanos españoles o residentes en España si los billetes de loterías extranjeras son comprados fuera de España. El comprador español, en caso de resultar agraciado, está obligado, para no infringir la legalidad, a repatriar el premio obtenido, cambiar las divisas en pesetas y declararlo en una entidad bancaria.
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