Reunión de Mariano Rubio con los presidentes de los grandes bancos

El gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, reunió a los presidentes de los ocho grandes bancos y al presidente de la patronal del sector en un almuerzo celebrado en la sede del banco emisor, en el que se habló de la situación actual de las entidades financieras, el próximo ejercicio y las perspectivas de la economía española para 1985. Los temas candentes, como el reparto de dividendos y la situación concreta de las entidades, no fueron tratados a lo largo de la comida, que era devolución de la que, nace dos meses, ofreció la banca privada a Mariano Rubio con motivo de su nombramiento como nuevo gobernador.Según algunos de los asistentes, Mariano Rubio realizó distintas intervenciones señalando la buena perspectiva de la economía española para el próximo año, con una inflación a la baja y unas previsiones de mayor crecimiento de la demanda interna. Los presidentes de los grandes bancos centraron sus análisis en la evolución del déficit público y su forma de financiación -que compite con la captación del ahorro privado por parte de las entidades financieras- y la caída de rentabilidad de una parte importante de los activos bancarios, el 15% en la actualidad, como consecuencia de la baja de los tipos de interés que han tenido los pagarés del Tesoro.

La baja de tipos de interés de los títulos emitidos por el Tesoro, en especial los pagarés con los que los bancos y otras instituciones financieras tienen que cubrir el 12% de sus pasivos, ha sido esgrimido por algunos responsables de las entidades financieras en anteriores ocasiones como uno de los problemas básicos que pueden poner en peligro las cuentas de resultados a lo largo de los próximos ejercicios.

Esta posición es discutida desde el Banco de España y otros analistas en el sentido de que una baja de los tipos de interés tiende a repercutir tanto en lo que los bancos obtienen por sus inversiones como en lo que pagan por la captación del pasivo con el que realizar aquellas inversiones. El problema, en todo caso, es de distinto calendario, pero unas veces influye en sentido positivo y otras en el contrario.